Pablo A. Sotomayor Prat
Angelólogo - Terapeuta Holístico Integral - Actor
Nací de ocho meses de gestación, en un día jueves a las 11:30 am., con fecha 08 de Enero de 1970, en la Clínica Central de la ciudad de Santiago de Chile.
Capricorniano con ascendente en Piscis y Luna en Capricornio.
Desde muy niño, mi Ser se sentía atraído por todas aquellas cosas que no tenían una explicación clara para ningún adulto y tampoco para mi mente, pero sí para mi corazón, que sentía que ya lo sabía y conocía de alguna manera, ya que me relacionaba con esos "seres" bellos y maravillosos que la sociedad le llama "amigos imaginarios".
Durante mi crecimiento corporal fui perdiendo ese contacto, pero aprendí a observar mi entorno con ojos de exploración, buscándole sentido a todo lo que veía, buscándoles por doquier y cuestionándome el por qué de cada cosa, siempre con un dejo inconsciente espiritual.
Tuve la suerte de haber estado rodeado siempre de personas que me transmitieron su sabiduría desde distintos puntos de vista y que, a su vez, me enseñaron a comunicar lo que yo pensaba y sentía en el momento, incentivándome a leer y a experimentar lo que aprendía, sin miedo y con Fe en mí y en los demás.
Con la intención de conocerme más y hacer que algunos de mis sueños egocéntricos se concretaran, en 1993, ingresé a estudiar Actuación en la escuela de teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile, lo que me ayudó a comprender el lenguaje del cuerpo y su psicología, a parte de aprender a actuar.
Durante ese mismo año, sucedieron varios acontecimientos en mi entorno más cercano, de sufrimientos y desolaciones, que me hicieron cuestionar la vida en su totalidad:
"¿por qué uno nace?; ¿para qué se vive?; si uno muere, ¿cuál es la gracia de amar y dar lo mejor de uno si no se va a volver a topar con los seres queridos?; ¿por qué nos sucede a cada quién lo que nos pasa?, ¿cuál es su finalidad?; ¿existe Dios?"; etc.
Esto hizo que me acercara a todo lo relacionado con el crecimiento espiritual. Leía libros como loco, buscando explicaciones. Conocí diversas religiones, participando en sus respectivas iglesias e instituciones, etc. Pero “La Vida”, fue más sabia para conmigo y muy bondadosa. Me puso en mi camino con personas que me enseñaron en su momento, con su pura presencia, sin proponérselos siquiera y con mucho amor, temas que, de alguna forma, mi inconsciente ya lo sabía pero que necesitaba recordar. Personas de las cuales les estoy muy agradecido. Personas que me enseñaron a observarme y dar lo mejor de mí, a crecer con verdad, aunque doliera al ego.
En 1999, pasé por un período muy negativo en todos mis ámbitos, me sentía desequilibrado, triste, solo, muy mal. Así que le pedí a Dios que me ayudara, que me consolara y, para ello, le prometí el dejar de fumar e ir a misa todos los domingos. Por causa de mi flojera y comodidad, no lo hice. Hasta que una noche, en mi cuarto, pronto a dormirme, comienza a aparecer una luz en el techo que se hacía cada vez más luminosa y que sentía que me hablaba y me decía:
”Mi querido Pablo, a Dios no le importa si dejas o no de fumar y si vas a misa. A Él, lo que le interesa es que no te dejes de amar, que te respetes. Si prometes algo es para ti, no para Él. Él te ama tal cual eres. Si has prometido dejar de fumar para que te vaya bien en la vida, pues hazlo, ahora, y sólo por ti. Ya verás que te irá bien por el sólo hecho que te ames a ti mismo”.
Fue así como dejé de fumar, de la noche a la mañana, por tres años, hasta que le permití a mi ansiedad que me venciera y volviera al vicio (pero volví a dejarlo definitivamente en abril del 2020). Ese fue mi primer contacto consciente con mis ángeles. Fue hermoso y alentador.
Durante los años 2000 y 2004, tuve la suerte de trabajar como auxiliar de vuelo para LAN Chile (hoy LATAM), lo que me permitió conocer distintos países, culturas y mentalidades, acrecentando mis observaciones. En uno de mis viajes, tuve la dicha de hacer contacto consciente, por segunda vez, con los angelitos:
En un bazar de la ciudad de Auckland, en Nueva Zelandia, había un juego de cartas de los ángeles que me llamó mucho la atención. Los tomé y comencé a jugar con ellos y sentía que me hablaban mientras me llenaba de regocijo. El vendedor, que observaba atentamente lo que me pasaba, se me acercó y me dijo que fueron "ellos" lo que me incentivaron a acercarme y que notaba que había una cierta magia a mi alrededor, por lo cual, me las regalaba siempre y cuando yo supiera usarlas y ayudar a los que las necesitaran. Sinceramente, no podía creer lo que me estaba pasando. Mi mente ponzoñosa creyó que él esperaba “algo” de mí, así que le propuse comprárselas y no aceptar su regalo. Viendo él mi miedo, me contra propuso vendérmelas a un precio bastante inferior a lo real, lo cual acepté. Y desde entonces es que me he dedicado a leer las cartas de los ángeles, brindándome alegría cada vez que veía que alguien se sanaba con ellas.
Esto me incentivó a conocerlos más, a estudiarlos y a sentirlos, lo que provocó también que me instruya en nuevos temas relacionados a ellos, como es el manejo y conocimiento de los chakras, Reiki, Fengshui, la percepción del aura, la lectura de los ojos, etc.
Con el tiempo, al comprender que todo es energía en el Universo, y sin dejar la actuación de lado (que me satisfizo enormemente), comencé a practicar todos mis conocimientos con las personas que me rodeaban, descubriendo que sí podía ayudar y colaborar a todos los que necesitaran de mi apoyo, en forma incondicional. Hasta que justo para el domingo santo de pascua del año 2009, se me presenta junto a Uriel, a plena luz del día, en nuestro departamento, un Espíritu Crístico con la imagen de Jesús, todo resplandeciente, grande y poderoso, el cual me enseñó y me hizo ver que debía dedicarme a esto con total seguridad, recordándome mi misión y advirtiéndome que aún debía de experimentar cosas que remecieran a mi ego y despertara a mi Alma.
Durante el 2011 ingresé a estudiar Acupuntura en la Escuela Latinoamericana de Medicina China, el cual, desafortunadamente no pude terminar, pero me brindó herramientas necesarias para emplearlas como terapeuta integral en mis Angelorapias.
Principios del 2015, hice el curso de Meditación Vipassana (que significa ver las cosas tal como son en realidad), que es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India, basado en lo que Siddharta Gautama dejó como legado entre otras cosas, y que se enseñaba, en ese país, hace más de 2.500 años atrás.
A su vez, por esos bellos regalos que la propia Fuente, el Cosmos, Universo, Vida, Naturaleza o Dios, que te da, sin condicionamiento alguno, en mayo del 2018, Uriel, mi gran amigo, compañero y perro fiel durante más de 13 años, y yo, nos fuimos a acampar por una semana al norte de Chile, en Cochiguaz, Valle del Elqui, IV región.
Ahí, ambos, tuvimos una experiencia maravillosa en una de esas bellas y estrelladas noches características del sector:
Dos seres majestuosos, de piel azul radiante, con toques violáceos, de grandes ojos negros, pequeñísima nariz y boca, llamados Arcturianos, se nos presentaron cara a cara, haciendo que experimentemos la verdadera sensación de la Energía Amor, la cual hace que te expandas, veas todo iluminado y te sientas parte del Todo. Sus mensajes fueron muy claros, siempre a través de la telepatía:
"No te rindas, sigue en lo que estás. Aún te queda mucho por comprender desde tu corazón. Pero recibirás a través de lo que ustedes llaman Registros Akáshicos, lo que necesitas para continuar tu labor de ayuda hacia los demás y a ti mismo. Eres parte, como muchos, de este 'Gran Plan’”.
Sinceramente, no tengo palabras para describir fielmente aquel acontecimiento. Lo que sí tengo en claro, es que fue majestuoso.
El 2019 hice el curso de Terapeuta de RCD (Reconexión Cerebral Delfínica), la que nos permite recurrir a herramientas y conocimientos de sanación universales del pasado, para el entendimiento de nuestro Yo Superior, en pos de uno y del propio planeta.
Actualmente, pertenezco a la Asociación Gremial Nacional de Terapeutas Complementarios de Chile, ANTECH A.G., vivo retirado de la ciudad, en pleno campo, dedicándome a hacer Lecturas de Cartas Angelicales vía ONLINE, a modo de terapia sanadora, el cual me permite ingresar a los Registros Akáshicos del propio paciente, conectándome y canalizando la información y mensajes que sus Seres de Luz, Ángeles o Guías Espirituales me permiten ver y transmitir para la sanación de ellos.
Con el propósito de ayudar a las personas a despertar su consciencia respecto a nuestra historia humana desde sus comienzos, también me dedico a impartir cursos ONLINE de auto sanación, seminarios y talleres de Recordando La Verdad, para que aprendan a conocerse a través de los chakras, a que las enfermedades no existen realmente, sino que son producto de nuestro sistema de vida y que son siempre un aviso a nuestro ser que algo erróneo estamos haciendo o dejando de hacer.
También hago terapias integrales ONLINE, llamadas Angelorapia, que consisten en un trabajo individual de conversación, en donde se analizan cuáles podrían ser los posibles problemas con el "YO SOY" interno de cada uno, con un trabajo individual de energías a través de los chakras, empleando herramientas de ejercicios de posturas, relajación, reiki y meditación para el reordenamiento energético corporal y espiritual, como también el ayudar a sanar con ellas; siempre en pos de despertar la consciencia.
Les dejo cordialmente invitados a recorrer el Blog entero y a enviar sus mails a: psotomayor@gmail.com por cualquier consulta, duda, los cursos de Recordando la Verdad, o para agendar alguna hora tanto para las Angelorapias, como para las Lecturas de Cartas Angelicales.
Bendiciones MILES
NAMASTÉ
Me encantó lo que leí. Enhorabuena!
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