LO QUE ES ADENTRO ES AFUERA...


Quien insulta, se insulta. Quien desprecia, se desprecia.
Quien odia,se odia. Quien maldice, se maldice.
Quien critica, se critica.
Quien miente, se miente. Quien acusa, se acusa.
Quien maltrata, se maltrata.

Pues todo aquello que de nosotros sale a nosotros regresa, a nosotros pertenece y a nosotros afecta. 
Todo lo que haces, piensas o dices del resto del mundo,te define en este momento y a ti vuelve, convirtiéndose en un círculo, en una rueda que no es fácil de romper, así como en un gran engaño, debido al hecho de creer que toda esa visión pertenece sólo al exterior.

Si lo que de ti sale es engaño, espera sólo ser engañado;
si lo que de ti nace es simpatía, disponte a recibir simpatía y,
si lo que de ti surge es incomprensión hacia los demás, prepárate para no ser comprendido.

Porque lo que ves fuera, a tu alrededor, es justo lo que llevas dentro. 
Todo aquello externo a lo que tu mente presta atención,que enjuicias o valoras, es exactamente lo que existe en tu interior.

Y cuanto más duele ver un defecto o un comportamiento en los demás, más profunda es la herida, porque reconoces la tuya propia.

Si quieres conocerte, pon atención a tu entorno, a todo lo que tu mente observa cada día a tu alrededor y estarás frente a un retrato de ti mismo, frente a un dibujo exacto de tu interior. Porque lo que es fuera, también es dentro.

¿O no son quizás los consejos que se dan a los demás los que mejor nos sirven a nosotros mismos, cuando nos encontramos en una situación parecida?

Porque lo que de ti surge está hecho justo para ti, ahora, en este momento. Y conociendo esto, que la vida es una rueda y que todo está en nosotros, sólo podemos vislumbrar una solución 
para romper este círculo, para cambiar el mundo y para cambiar nuestro destino, que es dirigiéndose al cimiento de la mente, al lugar de donde emerge y se manifiesta nuestro yo: el pensamiento. Y para ello es necesario observarlo, estudiarlo y controlarlo. O al menos, encender una luz de alarma, un dispositivo que nos avise que entra en nuestra mente un pensamiento que no nos conviene, inadecuado, perjudicial para nosotros. Y en cuanto seamos avisados, localizarlo, reconocerlo y desecharlo.

Sólo desde el interior, desde dentro, se puede modificar todo, se puede mejorar el entorno; sólo el interior dirige el camino, porque todo está en ti, todo depende de ti y sólo a ti volverá.

Bendiciones

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GRACIAS, Bendiciones

Reflexiona: Yo Soy Tu Síntoma


Hola, soy el Síntoma pero tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue. Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti.

Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas.

A ver, dime algo, ¿tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz” impreso en la espalda? ¿No verdad?.

Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser “sutil” y “suavecito” cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.

Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “te odio”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.

¿Qué haces tú? Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo
me vaya de tu cuerpo.

Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado.

Imagínate que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar,
pero sigues sin escucharme…

¿Vas comprendiendo??
Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”.
Qué cosa más absurda. No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma.
¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?

La enfermedad, “eres tú”, “es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad. Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.

Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un “golpazo a tu
inteligencia”. Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.

Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte. Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: “por qué apareció este síntoma en mi vida”, “qué querrá decirme”?.¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?,
¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?.

Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.

Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.

Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como “analizador” de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a
un médico ni a comprar medicinas.

Por favor, déjame sin trabajo.
¿O piensas de verdad que yo disfruto lo que hago?
Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita.
Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo.
Estoy harto de que digas:
“Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”.
“Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”.
“Siempre yo con mi migrañas”.
Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.

Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada vez que me presumes, realmente estás diciendo: “Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!”.

Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa.
Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida!

Atte,


El Síntoma.

La Espirulina

Alimento nutricional con proteínas de alto valor biológico y con una sorprendente variedad de elementos nutritivos, vitaminas y minerales.





¿Qué es la espirulina?

Video Explicativo

La espirulina (Spirulina maxima) es una cianobacteria que tiene forma de espiral (de ahí su nombre), y es de color azul verdoso por la presencia de clorofila que le da el color verde y de ficocianina, pigmento que le da el color azulado.

La espirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos.

Millones de personas alrededor del mundo utilizan la spirulina como un complemento alimenticio en su dieta siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas (O.N.U.) y la Organización Mundial de la Salud. Mediante elInstituto Intergubernamental para el Uso de las Microalgas Spirulina contra la Malnutrición la O.N.U. recomienda el empleo de microalgas como la spirulina contra la malnutrición aguda en situaciones de emergencia humanitaria, de malnutriciones de índole crónico, y para el desarrollo sostenible.

Atletas olímpicos de China y Cuba han estado consumiendo espirulina para mejorar su rendimiento deportivo. En el centro de formación deportiva más grande de China entrenadores han informado de que mejora la recuperación y estimula el sistema inmunológico.


Los Mayas la consumían, la cultivaban y recolectaban en lagos salinos, incluyéndola diariamente en su dieta. También los Aztecas la consumían, ésta crecía en forma natural en sus lagos, le daban por nombre, tecuitlatl que significa alimento de los dioses.

También la espirulina ha sido elegida por la NASA para enriquecer la dieta de los astronautas en misiones espaciales. Está claro que las algas son el alimento del futuro, así que deberías ir conociéndolas más a fondo, ¿no te parece?


Beneficios de consumir espirulina

La espirulina puede que no sea un plato básico en los menús de los restaurantes, pero muchas personas suplementan su dieta con ella pues saben de sus numerosos beneficios debido a la amplia gama de vitaminas y minerales esenciales que posee.

La espirulina es un alimento dietético ideal anti-envejecimiento gracias a su valor nutritivo concentrado, a que es fácil de digerir y a que contiene antioxidantes como el beta caroteno, que es bueno para la salud de los ojos y la visión.

Este alga microscópica constituye un complemento alimentario de calidad rico en hierro asimilable que contiene más beta-caroteno, hierro, vitamina B12 y ácido gama linoleico que cualquier otro alimento. Contiene además vitamina E, calcio, fósforo y magnesio.

Es baja en grasas saturadas, a diferencia de otros alimentos con alto valor nutricional, como los lácteos y las carnes, y aporta ácidos grasos esenciales, que no pueden hallarse en la carne, huevo y lácteos. También es baja en calorías.

La espirulina es especialmente eficaz en casos de anemia, desmineralización y agotamiento. Ayuda a recuperar la forma física, la energía y la vitalidad y a desintoxicar el organismo.

La espirulina es rica en hierro y es más fácil de absorber que otros suplementos dietéticos. El hierro es esencial para construir un sistema inmunitario fuerte, y es la deficiencia mineral más común.

La espirulina es también un potente regenerador de la flora intestinal y es un poderoso activador de los mecanismos celulares de desintoxicación. Nutre y protege al hígado y riñones.


Propiedades del alga spirulina

La espirulina es uno los alimentos perfectos de la naturaleza. Estas algas diminutas que fueron diseñadas por la naturaleza hace 3,6 mil millones de años y fueron las generadoras del oxígeno de nuestra atmósfera, poseen innumerables efectos positivos para nuestra salud.

El alga espirulina es 65% proteína vegetal completa altamente digerible que proporciona los ocho aminoácidos esenciales en las proporciones apropiadas y en una forma que es cinco veces más fácil de digerir que la proteína de carne o soja. Es rica en triptófano uno de los 10 aminoácidos esenciales que el organismo utiliza para sintetizar las proteínas que necesita y que ayuda entre otras muchas cosas al sistema nervioso, la relajación, el descanso, el sueño y contra los estados depresivos.

Es también una excelente fuente de minerales (potasio, de calcio, zinc, magnesio, manganeso, selenio, hierro y fósforo) al igual que vitaminas (del complejo entero de vitamina B, y de la vitamina E).


Indicaciones del alga espirulina

La espirulina por ser un superalimento favorece la recuperación del organismo en estados carenciales provocados por diversas enfermedades.

Está indicada en el tratamiento de:
la anemia alimenticia,
para bajar el peso,
en la limpieza del intestino y la recuperación de la microflora normal,
para las enfermedades crónicas del intestino, colecistitis, y cáncer del intestino grueso,
en enfermedades crónicas inflamatorias,
SIDA, VIH
hepatitis,
tuberculosis,
bronquitis,
para las enfermedades de las articulaciones,
osteoporosis,
miozitis.
Está demostrada la eficacia de la spirulina como complemento para los atletas con el objetivo de aumentar su rendimiento físico. Cuenta la leyenda que los mensajeros aztecas,que corrían durante días y días, llevaban como alimento las tortas de alga espirulina.


Cómo consumir la espirulina

La espirulina la puedes tomar de diferentes formas. La más común es en píldora, pero también si lo prefieres puedes mezclarla con el guacamole o hummus, o añadirla en polvo a diferentes salsas. También añadirla a un batido, para un delicioso desayuno, almuerzo o merienda.


¿Cuanta espirulina puedes consumir? ¿Tiene algún efecto secundario?

La espirulina puede ser comprada en tableta o en polvo. La dosis recomendada de espirulina es 3 a 4 gramos repartidos entre las principales comidas.

La espirulina es un alimento y no un medicamento y no tiene contraindicaciones graves conocidas tomada en la dosis adecuada. No obstante en algunas personas puede tener alguno de los siguientes efectos secundarios:
Sed y estreñimiento. Después de tomar un gran volumen de espirulina es conveniente tomar medio litro más de agua al día para ayudar a nuestro cuerpo a absorberla.
Un poco de fiebre, debido a la necesidad del cuerpo al quemar la proteína extra del alga
Ligero mareo. Si esto ocurre, tomar menos producto. Si el síntoma no mejora deja de tomar spirulina y consulta a algun médico o naturopata cualificado.
Dolor de estómago.
Ligera picazón o erupción en la piel.
Debes procurar adquirir espirulina de calidad que haya sido cultivada en ecosistemas puros, ya que las algas tienen una capacidad importante para absorber todo lo que hay en los medios en los que crece, especialmente metales pesados.

Tanto en caso de hipotiroidismo y sobre todo con hipertiroidismo si deseas consumir espirulina al principio deberás consultar con un médico. Si bien el alga espirulina contiene una mínima porción de yodo, puede influir sobre la glándula tiroides. Se recomienda con hipotiroidismo consumir siempre dosis mínimas, e ir subiendo semana a semana. Para el hipertiroidismo la espirulina está generalmente contraindicada.

Mujeres embarazadas y niños pequeños deben consultar antes con un profesional cualificado de la salud si deciden consumirla

Pacientes con insuficiencia renal o problemas con los riñones necesitan limitar la ingesta de proteínas para aliviar estados elevados de toxinas y proteger la función renal. Deben por tanto antes de consumir espirulina consultar con su médico o profesional dietetico y establecer la idoneidad de consumir alga espirulina y la dosis adecuada.

Limitar la ingesta de proteínas para estos pacientes no significa no tomar ninguna proteína, pues estas son esenciales para el mantenimiento de las actividades normales del cuerpo. Se debe sólo controlar y reducir su ingesta para reducir las cargas adicionales a los riñones, procurando siempre que sea de la mayor calidad.

En este sentido la espirulina es una buena opción, ya que es una proteína completa que contiene todos los aminoácidos esenciales que necesitamos, aunque contiene menos cantidad de metionina, cisteína y lisina en comparación con las proteínas de la carne, los huevos y la leche.

Personalmente, siempre recomiendo una Espirulina en especial: SPIRULINA SPORT de Aquasolar.




El Estómago y su importancia



Notamos mariposas en el estómago al enamorarnos. Se nos hace un nudo en la tripa cuando estamos nerviosos y asustados. Nos entra el cague cuando tenemos miedo. Las ideas son comida: las opiniones se digieren, los hechos se presentan en crudo y a medio cocer, y las afirmaciones se tragan.

No es un capricho del lenguaje que relacionemos la mente con el estómago. Las personas tenemos un segundo cerebro en el intestino, en el cual se alojan unas 100 millones de neuronas, nada menos que el tamaño del cerebro de un gato. Si bien la psique está controlada por la mente, nuestro sistema digestivo toma sus propias decisiones, ya que cuenta con algunas de las mismas terminaciones nerviosas que el cerebro.

Si eres de los que se da atracones de chocolate, no te dejes consumir por el remordimiento: puede que sea culpa de tus bacterias intestinales, que te incitan a comer dulce sin parar. Los billones de microbios del intestino (microbiota) nos manejan a su antojo y favorecen el consumo de ciertos alimentos que los hacen prosperar mejor. «Las bacterias del intestino son manipuladoras. Hay una diversidad de intereses en el microbioma intestinal; algunos se alinean con nuestros objetivos alimenticios y otros no», dicen Carlo Maley y Athena Aktipis, dos investigadores de la Universidad de California, en un estudio sobre el tema.



MODIFICAR LOS MICROBIOS INTESTINALES PUEDE CAMBIAR LA CONDUCTA

Las bacterias intestinales condicionan incluso la personalidad. Un experimento ha demostrado que al inyectar a ratas sanas la microbiota de otras con rasgos autistas, las primeras desarrollaron el mismo comportamiento antisocial. También en humanos se ha comprobado que aquéllos con problemas de conducta tienen diferencias esenciales en la flora intestinal que otras personas sanas. Lo que muestran estos avances es que modificar la capacidad mental humana no sólo puede conseguirse a través del cerebro.

«Cambiar la flora bacteriana intestinal predeterminada puede variar la conducta», afirma el doctor Fernando Carballo, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva. Un cambio en la dieta para estimular los intestinos podría abrir campos muy interesantes para curar determinadas enfermedades neuronales, cree este experto. De hecho, los trasplantes fecales -sí, existen los donantes de caca-, han demostrado ser más eficaces que algunos antibióticos para curar enfermedades como el colon irritable.

«La interacción entre cerebro e intestino está comprobada y eso abre la puerta al futuro», afirma el doctor Carballo. «Aunque aún queda mucho para que se pueda mejorar la calidad de vida de esquizofrénicos o autistas a través del equilibrio bacteriano».



LOS "SENTIDOS" DE NUESTRO ESTÓMAGO

  • Memoria: La proteína que quema la grasa corporal se encarga también de la memoria; por eso los obesos son más propensos a la demencia.
  • Bienestar: El estado de ánimo se aloja en el estómago, ya que ahí se produce y almacena el 90% de la serotonina, la 'hormona de la felicidad'.
  • Sueño: Cuando relajamos las tripas, nuestras neuronas estomacales producen benzodiazepinas, que relajan e inducen el sueño.
  • Estrés:Ante una emergencia, el cerebro toma energía del intestino. Las tripas se 'rebelan' y envían señales como malestar estomacal.
  • Gula:Las billones de bacterias que se alojan en el intestino eligen sus propios nutrientes para prosperar: a veces son más golosas que tú.
  • Miedo:El pánico hace que el cerebro espante al intestino grueso. Éste ya no dispone de tiempo para absorber líquido y el resultado es diarrea.



El Juicio a uno mismo. Nuestras excusas para no vivir.

El Juicio a uno mismo. Nuestras excusas para no vivir.


¿Te juzgas a ti mismo? No eres el único.

Aunque ya estoy acostumbrado, lo que más me ha sorprendido durante los más de 10 años que llevo trabajando (tanto a nivel individual como con grupos), es lo arraigado que el juicio a uno mismo se encuentra en nosotros, los seres humanos. He trabajado con personas que disfrutaban del mayor éxito imaginable, que tenían una vida ideal, con las situaciones y circunstancias que otros soñarían. No obstante, las cuestiones del pasado que debíamos elaborar juntos, porque continuaban repitiéndose y creándoles dificultades sin motivo alguno, eran el juicio y la duda respecto a sí mismos.

Uno de los problemas con el auto-juicio es que nos aparta de la vida. Cuando comienzo a juzgarme mí mismo y decido que no puedo hacer algo, me digo algo así: “No, no puedo, no puedo hacer esto ni tomar este camino; es mejor que vaya por este otro…”. Sin embargo, si a pesar de las dudas decido continuar adelante y vivir esa experiencia, tendré mucha más fuerza vital, mayor crecimiento y más apertura. De manera que, lo que he aprendido acerca del juicio a uno mismo, es que tomar conciencia de él debe ser una de las prácticas más profundas para cada uno de nosotros. Y que, cuanto más conscientes somos acerca del momento en que aparece en nuestra mente y en nuestras acciones, antes podemos comenzar a trabajar con él y abrirnos a la vida en mayor medida.



El juicio a uno mismo y el rechazo.

Muchos creen que el juicio a uno mismo tiene su origen únicamente en el pasado. Por ejemplo: si tu madre criticó tus trabajos de arte, se supone que, incluso aunque hoy en día seas el pintor más célebre del mundo, o de tu ciudad, permanecerá en tí la semilla de la duda. Debido a que querías el amor y el reconocimiento de tu madre, su juicio aún te estaría afectando mientras sigues reproduciendo ese antiguo guión. Esto es válido para todos nosotros. Aunque, si profundizamos, debemos reconocer que vivimos en una sociedad que juzga y critica enormemente. Vivimos en una sociedad que nos obliga a compararnos unos con otros, a a juzgarnos entre nosotros. Es cierto que en este momento de nuestra evolución estamos rompiendo con ese círculo vicioso, pero si observamos este fenómeno más de cerca, descubriremos que se basa en un miedo primal muy básico.

Cuando en la antigüedad vivíamos en tribus, era vital para nosotros ser aceptados dentro de nuestro grupo tribal. La consecuencia de ser rechazado o apartado de la tribu podía ser la muerte. Podíamos morir solos. De manera que, aún conservamos un miedo innato al rechazo, a ser criticados y juzgados por otros y a que nos alejen de ellos. Uno de los aspectos que debemos superar cuando trabajamos el juicio a nosotros mismos es: si alguien te rechaza, permíteselo. Permite que no acepten algo que has dicho y ve en busca de las personas que sí estarán abiertas para lo que tienes que decir. Porque eso se convertirá en un acto de curación para tí. Al dejar ir esa atadura que quizá de niños no podíamos soltar hacia nuestros padres, porque dependíamos de ellos y entonces eran nuestro principal foco de atención, ahora, ya adultos, podemos liberarnos de esas antiguas energías, quizá en la figura de un amigo o de un grupo.



Juzgarse a uno mismo por el auto-juicio en sí.

Este juicio se da continuamente entre las personas espirituales o que buscan el autoconocimiento y el aprendizaje. Siempre hay un: “¡Oh, Dios mío! ¡Otra vez estoy haciendo lo mismo! ¡No puedo creerlo! ¡Puedo hacerlo mejor! “

Cada vez que estoy haciendo esto, no lo estoy haciendo mejor. En vez de eso, puedo tomar conciencia de mi auto-juicio y decir: “Ah, muy bien. Me doy cuenta de que me estoy juzgando. Así que pondré mi intención en soltar y dejar ir este juicio, no importa cuánto me lleve. Pongo mi intención en abrirme más allá del juicio mí mismo.”



Aceptación, consciencia y acción.

El primer paso para conseguir acabar con nuestro auto-juicio es aceptar que existe. No dejes que dé vueltas a tu alrededor como un mal olor o como una sombra de la que avergonzarte. Todo el mundo tiene algo con lo que está lidiando en su interior, y la mayoría de las personas tienen alguna clase de juicio a sí mismas.

Puedes escribir en tu computador o sobre el papel cuál es el mayor juicio que te haces a tí mismo. A continuación, escribe: ¿Qué me impide hacer este juicio en mi vida?. Y para terminar: ¿Cómo me hace sentir este juicio?.

Por ejemplo, en esa lista el mayor juicio podría ser: “Tengo sobrepeso. Lo que me impide hacer es: asistir a cursos de danza, tener citas, sentirme a gusto con la ropa que llevo. Mis sentimientos acerca de él son: profunda vergüenza, la sensación de no ser lo bastante bueno, tristeza, aislamiento…”.



El truco aquí es hacer dos cosas:

1.-Permite que esas emociones entren en tu cuerpo. Sé que eso es lo último que desearías hacer, pero si no dejas que esas emociones salgan a la superficie para ser liberadas, permanecerán a tu alrededor constantemente y continuarán minando tu vida, a menos que hagas algo para impedirlo.

2.-En un espacio tranquilo, coloca las manos en tu vientre y permítete sentir esa vergüenza, permítete sentir esa tristeza. Tal vez tengas miedo de que esas emociones puedan consumirte y ahogarte, pero no te preocupes. Cuanto más permitas que las emociones se asienten en el cuerpo, antes comenzarán a liberarse. Cuando consigas sentirlas intensamente, puedes hacer algún tipo de movimiento, o incluso poner música y bailar por la casa.

El siguiente paso consiste en llevarte a ti mismo a esa clase de danza a la que temías asistir. Sé que muchos sentirán un muro de miedo ante la sola idea de hacerlo. Sin embargo, confía en mí: si vas a esa clase y ya sabes que, una vez allí, van a aparecer pensamientos y ya sabes que vas a sentirte incómodo, eso te dará un inmenso poder , y también la fuerza para atravesar la experiencia. Y, paradójicamente, una vez que hayas acudido a una, dos, tres clases de danza, la misma energía que echabas hacia atrás y encogías dentro de tu cuerpo, empezará a emerger hacia fuera y hacia arriba del cuerpo como energía de vida. ¿Sabes? Nuestro cuerpo sabe reconfigurarse muy bien cuando la mente deja de estar al mando y no dejamos que nos impida seguir adelante.

De manera que invito a todos a que vivan con el mínimo auto-juicio con que consigan hacerlo y a que sean pacientes consigo mismos hasta que puedan lograrlo. 
Dí: “Dejo ir los juicios a mí mismo. Estoy aquí para vivir. Estoy abierto a ello."



– Escribe:

¿Dónde me estoy juzgando a mí mismo/misma?

¿Qué me impide hacer en mi vida?

¿Cómo me haces sentir este juicio?




– Transformación mediante la acción:

1. Siéntate con las manos en el vientre.

2. Permite que todas las emociones asociadas con el juicio emerjan y estate muy presente en ellas.

3. Di: “Permito que estas emociones salgan y sean liberadas”.

4. Muévete o baila para ayudar a liberar las emociones más intensas.

5. Si un auto-juicio te impide pasar a la acción, experimenta y ¡PASA A LA ACCIÓN de todos modos!



Libero la mentira que es mi propio auto-juicio. Me devuelvo a mí mismo a la vida”.


Disfruta del viaje.


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La parábola de la flecha envenenada: Buda sobre poner atención a lo que realmente nos ocurre


Buda, al igual que grandes maestros como Pitágoras, Sócrates o Lao-Tse enseñó fundamentalmente una filosofía práctica, orientada a liberar al ser humano de la ignorancia y el sufrimiento (que es la consecuencia de la ignorancia). Estos grandes sabios coinciden también en que es baladí intentar definir aquello que es infinito, inefable e inconmensurable, puesto que cualquier cosa que digamos sobre lo Absoluto será solamente una proyección condicionada de nuestra mente (definir es profanar). A veces es mejor ocuparse de cosas más sencillas: un camino de mil kilómetros empieza por un solo paso, como dice el Tao.

En el Majjhima Nikaya, una colección de textos atribuidos a Buda, que forman parte del Canon Pali, se cuenta la que ha sido llamada “la parábola de la flecha envenenada”. La historia es contada por Gautama Buda aparentemente después de que un discípulo estuviera impaciente de escuchar del maestro las respuestas a las “14 preguntas sin respuesta”, las cuales tenían que ver con cuestiones altamente metafísicas (como la eternidad del mundo, la vida después de la muerte, etcétera).
  • Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada. Sus familiares y amigos le querían procurar un médico, pero el hombre enfermo se negaba, diciendo que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen. Quería saber también si este hombre era alto, fuerte, tenía la tez clara u oscura y también requería saber con qué tipo de arco le había disparado, y si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda. Decía que quería saber si la pluma de la flecha provenía de un  halcón, de un buitre o de un pavo real… Y preguntándose si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, uno curvo o uno de adelfa y todo tipo de información similar, el hombre murió sin saber las respuestas.
Esta es básicamente la parábola, si bien a veces es relatada con algunos más detalles, la esencia es esta. Evidentemente la actitud del hombre herido es absurda y podríamos pensar que es de una necedad inaudita, pero Buda nos diría que a la mayoría de nosotros nos está pasando algo muy similar pero no nos damos cuenta. De alguna manera todos estamos heridos con esa flecha envenenada –todos estamos muriendo– y hacemos preguntas irrelevantes (por más que sean fascinantes), y le damos importancia a cosas que solamente nos desvían de nuestra realidad. Todos tenemos la oportunidad de salvarnos de esta herida –si abandonamos nuestra importancia personal– pero pocos los hacemos. Hay muchas cosas que son innecesarias –la verdadera espiritualidad consiste más en eliminar las cosas que son innecesarias que en penetrar construcciones metafísicas y obtener deslumbrantes conceptos filosóficos. De alguna manera Buda nos está sugiriendo que el camino no es a través de la mente y de sus especulaciones –la mente que es incesante en su duda y en su deseo y que teje laberintos espectrales a la velocidad del pensamiento– sino que el sendero se abre a través de la acción que responde a lo que es necesario, la conducta en armonía con la Ley. Manly P. Hall comenta sobre esta parábola en su libro Buddhism and Psychotherapy: 
  • En la parábola, la flecha es la tragedia inmediata, significando el egoísmo base que se ha convertido en el lugar común de la existencia moral… No nos damos cuenta de la gravedad de la herida, o estaríamos impelidos a remover la flecha inmediatamente, utilizando cualquier medio a nuestro alcance para liberarnos de los venenos que han sido colocados en la punta de la flecha. Mientras el ser humano viva apegado a un código de interés personal, justificando el error malinterpretando los patrones universales a su alrededor, nunca podrá conocer la libertad más allá del dolor.

  • [...] El budismo toma la posición de que cuando un hombre se da cuenta que está viviendo de manera incorrecta, es su obligación moral rectificar su carácter, y si no hace esto debe cosechar sus errores. Es completamente imposible para un ser humano romper las reglas de su especie y evitar el sufrimiento. Así que debe de decidir cuánto está dispuesto a sufrir, cuánto tiempo está dispuesto a ser infeliz y a vivir sin seguridad como resultado de su ignorancia o falta de valentía. 
Creo que la parábola de Buda y el comentario de Manly P. Hall, nos invitan a examinar nuestra propia conciencia, nos llaman a atrevernos a ver lo que es evidente. ¿Qué es lo necesario? ¿Qué es aquello que debo hacer antes que otra cosa? Creo que si meditamos –no es necesario tener gran técnica, sí lo es la sinceridad– nos daremos cuenta que lo necesario, lo que justamente debemos hacer, es tan contundente como una flecha enterrada en el cuerpo.  

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