LAS RODILLAS y sus mensajes


Las rodillas son la segunda articulación de las piernas. Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.

Las rodillas se relacionan con el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad. Representan nuestra capacidad de ceder, de soltar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible. Caer de rodillas es una llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a alguna situación que estemos viviendo.

En astrología se dice que el signo de capricornio controla la articulación de la rodilla y el regente de este signo es Saturno. Tal vez por ese motivo se dice que las personas muy “saturninas” (es decir rígidas) suelen acabar con problemas de rodillas

En el maestro y las magas, Alejandro Jodorowsky explica que cada una de nuestras edades vive en nosotros. Si los huesos son seres, las articulaciones son puentes por donde hemos de atravesar el tiempo. Dice respecto a las rodillas:

“Asalta esa fortaleza al parecer inexpugnable que son tus rodillas. Por delante presentan una coraza al mundo, pero detrás, en la intimidad, te ofrecen la sensualidad del adolescente.

Las rodillas conquistan el mundo, te permiten ocupar como un rey tu territorio, son los caballos feroces de tu carro. Pero si no sigues subiendo, madurando, ahí te quedarás, encerrado en tu castillo”

Las lesiones de menisco, constituido por cartílago que hacen posible la articulación y rotación de la rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo. Puede que con una excesiva actividad exterior, huyamos desmesuradamente de solucionar algún conflicto interior. Tras la operación de menisco, los afectados deben restringir el movimiento. A este proceso, sería conveniente que le siguiera una toma de conciencia de cuales son nuestros límites y de que manera los estamos trascendiendo, al tiempo que nos deberíamos preguntar de qué asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.

Los dolores en las rodillas son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo adolescente, por si algo que allí no se terminó de elaborar, sigue llamando nuestra atención a través de alarmas en la zona corporal que representa a esa edad, las rodillas. Si no dedicamos tiempo y energía a solucionar los problemas del “submundo” referidos a lo anterior, todo ese tiempo y energía se concentra en una hiperactividad fuera de nosotros, demasiado orgullosos e inflexibles para admitir que debemos transformarnos, y en esta huída desmesurada, se rompen los límites de nuestra capacidad física, dando problemas en los meniscos.

En lugar de vivir estos problemas de salud como algo negativo y sin sentido, sería mejor escucharlos como si de maestros se trataran. Seguro que traen un mensaje sanador para nosotros.

13 Consejos para desintoxicar nuestro cuerpo, cuidando el Hígado


El hígado es uno de los más importantes órganos que tenemos ya que es nuestro principal desintoxicante. El hígado ejecuta cientos de funciones por lo que debemos mantenerlo en muy buen estado. Algunas enfermedades del hígado son la hepatitis A, B, C, D y E, la cirrosis hepática, la cirrosis biliar primaria y otros.

 Para limpiar, desintoxicar y mantener en buen estado el hígado, aquí encontraras algunos remedios y plantas caseras para tener un hígado saludable.

1. El cardo mariano, es una planta medicinal comestible que reparan las células muertas del hígado y ayudan a eliminar las toxinas. Esta planta es muy efectiva para los que sufren de hepatitis, cirrosis e insuficiencia hepática. Pero si usted no sufre de algunas de estas enfermedades al hígado, esta planta medicinal también le ayuda a limpiar y mejorar la función del hígado. El cardo mariano se puede consumir en capsulas, ensaladas o infusión.

2. Un tratamiento casero para desintoxicar el hígado es consumir aceite de oliva extra virgen con limón. Tome en ayunas una cucharada de aceite de oliva con media tapa de limón y déjelo en su boca por unos treinta segundos para que se mezcle con la saliva, y luego páselo. Esto ayudara a que el cuerpo lo absorba mucho mejor.

3. El diente de león es otra planta natural que sirve como remedio para limpiar el hígado y combatir la hepatitis. Puedes consumir las hojas como la flor en ensaladas o hervidas o tomar en infusión. Las raíces del diente del león tienen la propiedad de tratar la ictericia, enfermedad que pone la piel amarilla a causa del hígado. Las hojas de esta planta medicinal son diuréticas, muy eficaz para eliminar el exceso de agua y las flores contienen lecitina, esta proporciona elasticidad a las membranas celulares y las protege, lo cual garantiza que el corazón, el cerebro y el hígado funcione muy bien.

4. La toronja o jugo de pomelo incrementa las defensas del organismo. Fortalece la digestión y al sistema urinario. Tome una vaso de jugo de toronja en ayunas o después de las comidas, es muy eficaz contra la anemia ya que ayuda a absorber el hierro de los alimentos mucho mejor.

5. La remolacha, rábanos o rabanitos desinflaman y desintoxican el hígado. La remolacha tiene muchas propiedades curativas, el jugo de esta ayuda a la cicatrización de la piel, cura el cáncer, evita el estreñimiento ya que ayuda a realizar la digestión y refuerza el hígado.

6. La alcachofa es muy conocida como remedio natural para el hígado. Hierva la alcachofa y coma toda la carnecita que tiene en sus hojas y la comida que tiene en el centro. Se puede también tomar la infusión de la alcachofa. Otra manera de consumirla es licuar unas cuatro hojas de alcachofa con el agua que se ha hervido y tomarla después de las comidas.

7. La mezcla del diente de león con la alcachofa también es un buen tratamiento casero para desintoxicar el hígado. Prepara una infusión con los dos ingredientes y tómalo tres veces al día.

8. El ajenjo o conocido científicamente como Artemisia absinthium limpia y desinflama el hígado. Prepara una infusión de las hojas secas del ajenjo y toma dos tazas dos veces al día poco a poco. No endulzar.

9. Beba abundante agua para expulsar las toxinas del organismo.

10. La vitamina C, E, B zinc y magnesio mejora el sistema inmunológico.

11. Mastique bien su comida para tener una buena digestión.

12. Vigile su alimentación. No coma chocolates, galletas, caramelos ni cosas fritas. El plátano, las ciruelas y el melón no son aconsejables comer si está mal del hígado. Reduzca el consumo de té y café. Evite fumar y consumir alcohol. Tome infusiones de plantas medicinales ya mencionadas

13. Evite los antibióticos, ya que estos pueden destruir las bacterias útiles en el intestino.

Prefiera el yogurt de Pajarito; más sano y más natural


Se sabe que los yogures que encontramos en el supermercado muchas veces no responden a la calidad que se puede leer en la etiqueta. Muchos de ellos, con los ingredientes que tienen, ni siquiera pueden llamarse yogures.
Por eso, para evitar cualquier engaño te propongo preparar tu propio yogurt. Es fácil, sano y además entretenido.


Cómo cultivar "los Pajaritos"
Existe una manera fácil de generar nuestros propios "pajaritos" para tener yogurt, gratis, sano y natural. Este proceso consiste en lo siguiente:
En un frasco de vidrio previamente hervido, ponemos un litro de leche entera. Tapamos con un colador de plástico o con una gasa amarrada con un elástico. Después de eso dejamos reposar durante 3 días en un lugar oscuro y seco.
Transcurridos esos tres días, la leche se habrá cortado y si la colamos apareceran unos grumitos parecidos a la coliflor, los enjuagamos bien y ya tenemos listos nuestros "pajaritos", "búlgaros" o "Kefir" como más te guste llamarlos.
Si no, pueden comprarse en algunas tiendas o pedirlos a algún amigo.


Cómo preparo el yogurt
Ingredientes:
3/4 litro de leche entera, pajaritos, 1 recipiente de vidrio enjuagado con agua hervida.
Preparación:
Es facilísimo. En el recipiente de vidrio colocamos los pajaritos y le añadimos la leche entera y lo dejamos reposar entre 24h y 36h.
Después de eso, colamos el yogurt y lo separamos de los pajaritos. Los enjuagamos con agua templada y continuamos de nuevo con el proceso para generar más yogurt.
Si cuidamos a los pajaritos, éstos van a ir creciendo y nos ayudarán a poder hacer más cantidad de yogurt o una fermentación más rápida.


Algunos Datos
- La proporción es aprox. 2 cucharadas soperas colmadas de pajaritos por unos 350 o 400 cc de leche, para que salga bueno y algo espeso.
- Lo ideal es usar leche cruda, pero no se hagan problema si no la pueden conseguir.
- Para los que sean delicados del estómago. El yoghurt colado 24 hrs. después, es ligeramente digestivo y, el que se cuela pasadas 36 horas, es astringente.
- El colador no debe ser nunca metálico (de plástico directamente)
- Y un truco para no ser "esclavo" de los pajaritos y tener que colarlos todos los días: se pueden manener en el refrigerador y así colarlos tres o incluso dos veces a la semana. Eso sí, se relentiza todo el proceso y no crecen tan rápido.

Que los disfruten, pocas cosas son tan sanas. Saludos y Bendiciones MILES !!!

LA IMPERMANENCIA



Permanecer es "mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad". Lo impermanente es la incapacidad de la realidad de mantenerse en un mismo lugar, estado o calidad. Nuestro mundo es cambiante, como nuestros pensamientos y nuestros cuerpos. La impermanencia es, así, una gran cuestión en el budismo y su comprensión es de una importancia capital para la vida cotidiana de todas las personas.

¿A qué podemos llamar permanente en nuestras vidas, si desde que nacimos nuestro propio cuerpo no ha cesado de cambiar y está destinado a morir?  Las sensaciones traen apegos y la pérdida de lo que amamos nos trae sufrimiento. Como enseñó Buda en el Sutra de los Cuarenta y Dos Capítulos, miremos hacia arriba, hacia abajo y alrededor del mundo, encontraremos impermanencia. Pese a ello, nos aferramos a nuestras pasiones y a nuestras posesiones, al punto de que somos capaces de sacrificar por ellas nuestra salud, nuestra paz y hasta nuestras vidas. "Son -dijo Buda- como el niño que trata de comer un poco de miel untada en el filo de un cuchillo. La cantidad no es suficiente para apaciguar el apetito, pero se corre el riesgo de herir la lengua".

La impermanencia a veces nos parece un hermoso juego. Vamos de sensación en sensación, disfrutando de nuestras emociones. Particularmente para los jóvenes, el presente parece una oportunidad única para explorar y disfrutar de los sentimientos de felicidad o de gozo, sin percibir que el ahora es la gran oportunidad para educar la mente y generar el devenir. Así, el emplazamiento del aquí y el ahora no es para hacer un brindis a las sensaciones. Como enseñó Buda, aferrándonos a nuestras pasiones somos como el que lleva una antorcha contra viento. Fácil es que nos quememos la mano.

Cuando nos aferramos a las sensaciones y a las posesiones, queremos que esos estados de felicidad, gozo o dominio sean permanentes. Pero la realidad no es así, y al no ser del modo que queremos, en medio del hermoso juego encontramos el sufrimiento. Y aunque temporalmente pudiera parecer así, la eventualidad de las pérdidas es capaz de robarnos el sueño.

Pero, ¿cómo no amar si el mundo está lleno de belleza; cómo no aspirar a la sensación de felicidad o de gozo, si ambos son consustanciales a la vida y encima el dolor y el sufrimiento nos pueden acechar en cada esquina? ¿Cómo no aferrarnos a la vida o a nuestras posesiones, si esta vida es lo único que nuestros pensamientos perciben con objetividad, y sin nuestras posesiones caeremos en la más absoluta miseria?

El Camino Medio, enseñó Buda: la moderación. Fortaleciendo nuestro carácter, para que los pensamientos extremos no nos lleven a perder el contacto con la realidad, y para que el miedo a las pérdidas no cause que nuestra imaginación y nuestra voluntad se dirijan a crear más deseos y egoísmo. Ni aferrarse ni no aferrarse. Aquietar la mente espontáneamente, sin aceptar ni rechazar nada. Educando nuestra mente para la comprensión ecuánime de la impermanencia.

Los invito a ver el siguiente video:


La Revolución desde el Individuo: Ser sin esperar nada a cambio

DILUCIDACIONES SENSIBLES EN TORNO A LA AUTONOMÍA DEL SER FRENTE A LA CONSTRUCCIÓN DE EXPECTATIVAS.


Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible. - Herman Hesse

Vivimos —generalmente— a la expectativa del mañana, del otro, de nosotros mismos, de lo que viene, de lo que queremos que sea… Vamos moldeando lo que Somos según se cumplen nuestras proyecciones más intimas. Entre tanto configurar, manipular y esperar, nos olvidamos de observar y asimilar lo que Es y lo que Somos. Dejamos de Ser para proyectar.

 Expectativa: Del latín exspectātum, mirado, visto

Esperanza de realizar o conseguir algo.

Esperanza basada en el pasado, en la experiencia ya vivida. Exquisito amalgama de todo lo que hemos sido, conocido, resentido y deseado que nos empuja a construir castillos en el aire. Esperanza que roza peligrosamente con la creencia, en tanto que suele encarcelarnos. Robert Anton Wilson nos recuerda constantemente en sus libros que en el momento en que escogemos creer algo por sobre lo otro, estamos descartando en vez de incluir, reducimos las posibilidades en vez de multiplicarlas al infinito en un mundo donde todo es posible.

Cada vez que generamos una expectativa estamos apostando todo lo que es por todo lo que podría ser. Estamos colocando una apuesta, sobre otra apuesta: toda expectativa está anclada en la percepción y “toda percepción es una apuesta” (Edmund Husserl, filósofo alemán fundador de la fenomenología trascendental). Entre fantasías y desafíos se nos escapa el Ahora y frecuentemente nace la desilusión –hacia nosotros, el otro, lo que es y lo que no es.

Bienaventurado el que nada espera, porque nunca sufrirá desengaños. - Alexander Pope

La decepción pesa. Así suele nacer el drama. Caprichosos por excelencia, pasamos de ser actores a ser simples circuitos reaccionando a impulsos eléctricos similares a los que te da el “señor de los toques” en las cantinas mexicanas. Así creamos escenarios inverosímiles dignos de cualquier telenovela, que luego desconocemos estupefactos. Nos pesa encarnar aquello que no proyectamos y entonces nuevamente generamos expectativas de lo que debería de ser y/o suceder.

Así nacen los círculos viciosos.

Cualquier situación servirá para reflejarnos el estado actual de nuestro Ser —como si fueran servicios en los cuales el mecánico te indica lo que hace falta hacer y tú decides si hacer caso omiso o arreglarlo. La vida tiene esa exquisita manía de enfrentarnos con aquello que no queremos reconocer en nosotros. Podríamos llegar a pensar que todo Sucede para revelar(nos) aquello que pretendemos desconocer en el otro que no es otro.

Un hombre no mide su altura en los momentos de confort, sino en los de cambio y controversia. - Martin Luther King

La adversidad desenmascara. Aquello que niegas es precisamente a lo que le huyes, siempre servirá para derrotarte al final. Cuando uno no se sabe y reconoce tal cual Es en el Ahora, uno sólo puede ocupar el rol de víctima o victimario. Dice un proverbio africano: “Cuando no hay un enemigo interior, los enemigos exteriores no pueden hacerte daño.” No hay afuera y adentro, todo como reflejo de tu esencia más intima que a su vez es una de las tantas manifestaciones del Uno. No hay bien o mal: todo como matiz del Uno. No hay nada que esperar, todo Es. El corazón siente, la mente juzga, la energía fluye.

Además, todo sucede simultáneamente, porque el tiempo no existe. Sólo percibes un porcentaje mínimo de las infinitas posibilidades, y tu percepción está directamente ligada con la frecuencia que emites. La vida como un libro de la serie “Escoge tu propia aventura” donde al final de cada capítulo, según la observación y el análisis que hiciste de los hechos, decides el paso a seguir. De tu capacidad de observación y determinación dependerá el resultado; de la frecuencia en la que resuenas dependerán las opciones que percibes.

La determinación no es un pensamiento, ni un objeto, ni un deseo.

Es lo que te hace invulnerable.

La determinación es lo que empuja al chamán a través de una pared.

Lo hace volar por el espacio hacia el infinito. - Carlos Castaneda

La clave está en Ser, plenamente consciente de lo que Es.

Expresar(te) en todo momento.

No imaginar el futuro, ni soñar con en el pasado. Evitar que la mente divague y concentrarnos en el momento presente. Expresa lo que Eres y siente(te) sin miedo a lo que pueda Ser, y sobre todo sin esperar nada a cambio. No importa cómo el otro o el mundo reaccione a lo que Eres, la clave está en ser sólo por el gusto de Ser en ese preciso momento, dejarse guiar por la sincronía entonada a la determinación, que a su vez se alinea con el corazón. 

La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía. - Gandhi

Las personas Intuitivas

Diez cosas que las personas intuitivas hacen:

1. Escuchan a su voz interna
El elemento principal que distingue a alguien intuitivo de alguien que no lo es que se detienen a escuchar, en lugar de ignorar, la guía de sus intuiciones y sentimientos físicos.

2. Se toman tiempo para estar solos
Si quieres ponerte en contacto con tu intuición, deja el teléfono, la computadora, la televisión y siéntate en casa a estar solo por un rato. Aquí puedes tomar las mejores decisiones basado en cómo te sientes al respecto.

3. Crean
Las personas creativas son altamente intuitivas. Y al igual que puedes aumentar tu creatividad mediante la práctica, puedes impulsar su intuición. De hecho, practicar una puede ayudar a construir a la otra.

4. Meditan
Las distintas prácticas de meditación pueden ser una excelente manera de destapar tu intuición. Puedes alinearte con ella y al final tomar una decisión de la que estés absolutamente seguro. El autoconocimiento que llega por medio de la meditación y poner atención a nuestra experiencia presente sin hacer un juicio de valor nos ayudan a entender mejor nuestras personalidades y por lo tanto a actuar acorde con ellas.

5. Observan todo
Lo primero que debes hacer es darte cuenta; lleva un diario y date cuenta cuándo suceden cosas extrañas. Ganarás un sentido agudo de cada cuánto ocurren coincidencias, conexiones sorprendentes o intuiciones precisas en tu vida diaria.

6. Escuchan a su cuerpo
Si alguna vez te han dado náuseas o dolor de panza cuando sabías que algo estaba mal pero no sabías exactamente qué, puedes entender que la intuición puede causar sensaciones físicas en el cuerpo. Pon atención a ese “segundo cerebro”.

7. Conectan profundamente con otros
La empatía es uno de los grandes compañeros de la intuición. Dedicar tiempo a observar y escuchar a otros cara a cara puede ayudar a impulsar tus poderes de empatía.

8. Prestan atención a sus sueños
Tomar tiempo para pensar en tus sueños es una manera de comunicarte con tus procesos inconscientes. Ambos, los sueños y la intuición nacen del inconsciente, así que puedes comenzar a destapar esta parte de tu mente al prestar atención a tus sueños. Los sueños guardan bastante información sobre cómo vivir tu vida.

9. Disfrutan de bastante tiempo de relajación
Pocas cosas arruinan más la intuición que el trabajo constante, hacer varias cosas a la vez, estar conectado a dispositivos digitales y estar estresado y fatigado. De acuerdo a Gregoire, siempre tenemos un sentido intuitivo acerca de la gente en nuestras vidas –a un nivel profundo, sabemos diferenciar a los buenos de los pretensiosos o falsos—pero no siempre estamos suficientemente despiertos para reconocer la diferencia. El problema es que estamos demasiado ocupados.

10. Dejan ir las emociones negativas
Las emociones fuertes, particularmente las de enojo o frustración, nublan la intuición. Muchos de nosotros hemos sentido que algunas veces “no somos nosotros mismos” cuando estamos arrobados por alguna emoción, y ello puede ser porque estamos desconectados de nuestra intuición. Para dejar ir emociones de este tipo lo mejor es meditar o crear.

MISTERIOS DE LA HUMANIDAD - ATLÀNTIDA, EL CONTINENTE PERDIDO, Parte II

EL MUNDO PERDIDO: 
DESDE EL RELATO DE PLATÓN HASTA NUESTROS DÍAS




En la Antigüedad

Se conservan algunos párrafos de escritores antiguos que aluden a los escritos de Platón sobre la Atlántida. Estrabón, en el siglo I a. C., parece compartir la opinión de Posidonio (c. 135-51 a. C.) acerca de que el relato de Platón no era una ficción.24 Un siglo más tarde, Plinio el Viejo nos señala en su Historia Natural que, de dar crédito a Platón, deberíamos asumir que el océano Atlántico se llevó en el pasado extensas tierras. Por su parte, Plutarco, en el siglo II, nos informa de los nombres de los sacerdotes egipcios que habrían relatado a Solón la historia de la Atlántida: Sonkhis de Sais y Psenophis de Heliópolis. Finalmente, en el siglo V, comentando el Timeo, Proclo refiere que Crantor (aprox. 340-290 a. C.), filósofo de la Academia platónica, viajó a Egipto y pudo ver las estelas en que se hallaba escrito el relato que escuchó Solón. Otros autores antiguos y bizantinos como Teopompo, Plinio, Diodoro Sículo, Claudio Eliano y Eustacio, entre otros, también hablan sobre la Atlántida, o los atlantes, o sobre una ignota civilización atlántica.

En el Renacimiento

Si bien conocida, durante la Edad Media la historia de la Atlántida no llamó mayormente la atención. En el Renacimiento, la leyenda fue recuperada por los humanistas, quienes la asumirán unas veces como vestigio de una sabiduría geográfica olvidada y otras, como símbolo de un porvenir utópico. El escritor mexicano Alfonso Reyes Ochoa afirma que la Atlántida, así resucitada por los humanistas, trabajó por el descubrimiento de América. Francisco López de Gómara en su Historia General de las Indias, de 1552, afirma que Colón pudo haber estado influido por la leyenda atlántida y ve en voz náhuatl atl (agua) un indicio de vínculo entre aztecas y atlantes.34 Durante los siglos XVI y XVII, varias islas (Azores, Canarias, Antillas, etc.) figuraron en los mapas como restos del continente perdido. En 1626, el filósofo inglés Francis Bacon pública La Nueva Atlántida (The New Atlantis), utopía en pro de un mundo basado en los principios de la razón y el progreso científico y técnico. En España, en 1673, el cronista José Pellicer de Ossau identifica la Atlántida con la península Ibérica, asociando a los atlantes con los misteriosos tartesios.
Mapa del imperio atlante. De Atlantis: The Antediluvian World, de Ignatius Donnelly, 1882.
Obra de Ignatius Donnelly

No será hasta la segunda mitad del siglo XIX, que la historia de la Atlántida adquiera la fascinación que provoca hasta hoy en día. En 1869, Julio Verne escribe Veinte mil leguas de viaje submarino, novela que en su capítulo IX describe un alucinante encuentro de los protagonistas con los restos de una sumergida Atlántida. Tiempo después, en 1883, Ignatius Donnelly, congresista norteamericano, pública Atlántida: El Mundo Antediluviano (Atlantis: The Antediluvian World). En dicha obra, Donnelly, a partir de las semejanzas que aprecia entre las culturas egipcia y mesoamericana, hace converger, de modo muchas veces caprichoso, una serie de antecedentes y observaciones que lo llevan a concluir que hubo una región, desaparecida, que fue el origen de toda civilización humana (véase difusionismo) y cuyo eco habría perdurado en la leyenda de la Atlántida. El libro de Donnelly tuvo gran acogida de público (fue reeditado hasta 1976), en una época en que el avance de la ciencia permitía a su hipótesis aparecer seductoramente verosímil. Tanto fue así, que el gobierno británico organizó una expedición a las islas Azores, lugar donde el escritor situaba la Atlántida.

La Atlántida después de Donnelly, hipótesis sobre la Atlántida en la actualida

Hipótesis sobre la Atlántida

Las conjeturas que postulaban la existencia de la Atlántida como el «continente perdido» fueron invalidadas por la comprobación del fenómeno de la deriva continental durante los años 1950. Por ello, algunas de las hipótesis modernas proponen que algunos de los elementos de la historia de Platón se derivan de mitos anteriores o se refieren a lugares ya conocidos.
Atlántida esotérica

El éxito de Donnelly motivó a los autores más diversos a plantear sus propias teorías. En 1888, la ocultista Madame Blavatsky publicó La Doctrina Secreta. Allí aludía al El Libro de Dzyan un supuesto documento tibetano cuyo origen remoto estaría en la Atlántida. Según Blavatsky, los atlantes habrían sido una raza de humanos anterior a la nuestra, cuya civilización habría alcanzado un notable desarrollo científico y espiritual.

En 1938, el jerarca nazi Heinrich Himmler organizó, en el contexto del misticismo nacionalsocialista, una serie de expediciones a distintos lugares del mundo en busca de los antepasados atlantes de la raza aria.

En 1940, el médium norteamericano Edgar Cayce predice que en 1968 la Atlántida volverá a la superficie frente a las costas de Florida. Un año después de esa fecha, en 1969, se descubre una formación rocosa sumergida en las aguas de la isla de Bimini, Bahamas, a unos 80 km al este de Miami. Esta estructura, llamada Carretera de Bimini o Muro de Bimini, fue considerada como un resto de la isla desaparecida, alegándose que cumplía la predicción de Cayce. Sin embargo, los expertos geólogos sostienen que se trata de una formación natural conocida como roca de playa.

Atlántida minoica

Al margen de lo esotérico, el impulso generado por la obra de Donnelly motivó numerosos historiadores y arqueólogos, tanto profesionales como aficionados, quienes durante el siglo XX desarrollaron diversas conjeturas sobre la ubicación de la Atlántida, asociando a los atlantes con diferentes culturas de la Antigüedad. Es así como en 1913, el británico K. T. Frost sugiere que el imperio minoico (o cretense), conocido de los egipcios, poderoso y posiblemente opresor de la Grecia primitiva, habría sido el antecedente fáctico de la leyenda atlántida.

En 1938, el arqueólogo griego Spyridon Marinatos plantea que el fin de la civilización cretense, a causa de la erupción del volcán de Santorini, antiguamente llamada Thera, cuya capital era Akrotiri, podría ser el fondo histórico de la leyenda. La idea de Marinatos fue desarrollada por el sismólogo Angelos Galanopoulos, quien en 1960 publicó un artículo donde relaciona la tesis cretense con los textos de Platón. Si bien el propio Marinatos siempre sostuvo que se trataba de una simple especulación, la hipótesis de la Atlántida cretense ha tenido amplia aceptación y captado muchos seguidores, entre los que se cuenta el fallecido oceanógrafo francés Jacques Cousteau.

Entre el 1628 y el 1627 a. C., la erupción del volcán terminó con una gigantesca explosión de caldera, del mismo tipo que la mucho más estudiada de Krakatoa (Indonesia) de 1883. Como efecto de la explosión la isla perdió buena parte de su superficie, y se puso en marcha un maremoto que asoló el Mediterráneo Oriental, provocando, entre otros efectos, una grave crisis de la civilización minoica de Creta. Parece que la población encontró tiempo suficiente para evacuar la isla, llevándose muchos de sus bienes muebles. Marinatos popularizó la idea de que la explosión prehistórica de Tera-Santorini está en el origen del mito de la Atlántida y del Mito del Éxodo.

La explosión fue muy intensa y la emisión de polvo oscureció la atmósfera lo suficiente como para que el hecho fuera observado en China. El enfriamiento del tiempo ha quedado registrado en anillos de los árboles incluso en Canadá. En Egipto, jeroglíficos datados de ese periodo muestran que la nube lo asoló. Este fenómeno duró nueve días en Egipto, medio día en China y se estima que una hora en la Antártida.

Atlántida en Huelva (Andalucía)

Por su parte, en 1922, el arqueólogo alemán Adolf Schulten retomó y popularizó la idea de que Tartessos fue la Atlántida.43 Hipótesis que había tomado de los historiadores españoles Francisco Fernández y González (finales del s. XIX) y su hijo, Juan Fernández Amador de los Ríos (1919) y que desde entonces ha contado con varios seguidores hasta el día de hoy.

En el año 2005, un equipo multidisciplinar de investigadores del CSIC (Juan José Villarias Robles, Sebastián Celestino Pérez y Ángel León) y de la Universidad de Huelva (Antonio Rodríguez Ramírez), en el marco del denominado Proyecto "Constratación de la hipótesis de Wickboldt-Kühne", comprueban sobre el terreno si las formas geométricas que se advierten en las imágenes de 1996 del Espacio Natural de Doñana obtenidas desde el satélite indio IRS y señaladas por los investigadores alemanes Werner Wickboldt (Braunschweiger Zeitung, 10 de enero y 19 de febrero de 2003) y Rainer W. Kühne (Antiquity, Vol. 78, Nº 300, junio de 2004), y las que el escritor y atlantólogo hispanocubano Georgeos Díaz-Montexano aportó -públicamente- a Rainer Kühne en el 2003 en el forum Atlantis Rising, corresponden a un yacimiento arqueológico de importancia tal como la Atlántida o Tartessos.

Los resultados de las pruebas realizadas (georradar, tomografía, sondeos, catas sedimentológicas) entre 2005 y 2010 no permitieron descartar que tales formas geométricas obedecieran a los restos arqueológicos referidos por Wickboldt y Kühne, ni siquiera se pudo constatar la verdadera naturaleza de tales extrañas formaciones, aunque se insistió en que era muy poco probable que fueran naturales o geomorfológicas, tal como se refleja en los informes presentados ante el CSIC y la Junta de Andalucía y que se pueden consultar en la web del CSIC.

Basado en las investigaciones del CSIC y la Universidad de Huelva National Geographic Society emitió en marzo del 2011 un documental sobre la Atlántida, "Finding Atlantis",46 bajo la conducción del profesor de la Universidad de Hartford (Connecticut), Richard Freund, quien, basándose en anteriores hipótesis de autores españoles y alemanes, defiende la posible localización de la capital de la Atlántida en el Parque de Doñana, la cual habría sido enterrada por un poderoso tsunam

Atlántida en América

En 1998, el investigador Jim Allen aseguró encontrar pruebas de la perdida isla en el altiplano de Bolivia, en Pampa Aullagas del Departamento de Oruro.. (“Atlantis: the Andes Solution” Windrush Press, England 1998). La teoría se apoya en varias fuentes y resultados de investigaciones respecto a la formación mineralógica de las montañas que rodean al Altiplano, y la correspondencia entre la planicie rectangular del Altiplano al lado del lago Poopó y la descripción de la planicie rectangular dada por Platón. Además Allen mantiene que el cerro volcánico en Pampa Aullagas rodeado con anillos concéntricos corresponde a la isla capital de la Atlándida con sus anillos concéntricos y dice que la leyenda griega tuvo su origen en una supuesta leyenda boliviana, “La Leyenda del Desaguadero”, que habla de una ciudad castigada por los dioses y sumergida bajo un lago; un tema común a varias mitologías y que puede deberse a la influencia del mito bíblico del diluvio aportado por los misioneros.

El investigador participó en varios documentales y entrevistas incluso en 1998 en un documental de la BBC y en 2001, participó en un documental para Discovery Channel dirigido por “Of Like Mind Productions” y titulado "La Atlántida en los Andes". 48 que incluye imágenes de Tihuanaco y también los resultados de la expedición Akakor realizada en el lago Titicaca en 1999. Algunos investigadores, como Arthur Posnansky, cuyas conclusiones no concuerdan con los datos arqueológicos que establecen la fundación de esta ciudad como tal en el siglo I de nuestra era, proponen una antigüedad de alrededor de doce mil años para las ruinas de Tihuanacu, lo cual coincidiría con la fecha probable de la Atlántida platónica aunque Allen mencionó en sus libros la posibilidad de 1260 a.C. como más probable. El documental argumenta, además, que Tihuanaco y el pueblo aimara fueron uno de los diez reinos de la isla, si bien esta etnia es posterior a la caída de Tiahuanaco en el siglo XIII de nuestra era. Esta hipótesis ha sido rechazada por la comunidad científica dado que las dataciones propuestas para Tiahuanaco, como también las extrapolaciones de Allen a partir de los textos antiguos, carecen de bases sólidas y contradicen todos los demás estudios realizados al respecto.

Hipótesis modernas sin intervención sobrenatural ni extraterrestre

    En 1999, el periodista y escritor británico Graham Hancock realizó para la BBC el documental "Atlantis Reborn", en el que documentaba con gran detalle su hipótesis de una catástrofe planetaria y la desaparición de una civilización anterior. Esta hipótesis, también publicada en forma de libro, se apoya tanto en los relatos de la tradición oral de religiones y pueblos antiguos como en sus propias teorías sobre la desviación del eje terrestre. Las ideas de Hancock postulan una influencia entre algunos supervivientes de esa pasada civilización y los albores de la actual, estos supervivientes narrarían el mito de la Atlántida, recogido en Platón y, según Hancock, otras fuentes antiguas. El libro de Hancock Tras las huellas de los dioses señala un desplazamiento del eje magnético de la tierra como el origen de la catástrofre. Al corregir mediante computación esa desviación desviamiento, Hancock pretende demostrar que diversas edificaciones antiguas alrededor de todo mundo muestran una concordancia exacta con las constelaciones del fimamento, para lo cual considera que esas construcciones son más antiguas de lo que se admitido y presupone que fueron diseñadas en función de ciertos patrones astronómicos.

    Según muchos estudiosos entre ellos los arqueólogos Angelos Galanopoulos y el ya mencionado Spyridon Marinatos, el submarinista Jacques Cousteau y el profesor J. V. Luce (sobre una tesis de K. T. Frost publicada a principios del siglo XX15 ) la Atlántida sería el recuerdo deformado de la civilización minoica (o cretense). Algunos consideran que esta civilización fue destruida tras la erupción del volcán de la isla Thera o Santorini alrededor de 1640 a. C. Esta erupción causó un tsunami que barrió las costas del Egeo. Si bien hay acuerdo en que la catástrofe dañó gravemente al imperio minoico, no obstante actualmente no hay consenso entre los arqueólogos acerca de la vinculación entre la erupción y el fin de la civilización minoica.

Según propone el alemán Rainer W. Kühne, estaría en el Coto de Doñana, cerca del Estrecho de Gibraltar, concretamente en la llamada marisma de Hinojos, también conocida como "marisma gallega". En realidad esta hipótesis de ubicar la capital o acrópolis de la Atlántida en las "Marismas de Hinojos" ya fue planteada y defendida -por primera vez- por tres autores españoles: José Pellicer de Ossau I Tovar en 1673, Francisco Fernández y González y Juan Fernández Amador y de los Ríos en 1919; después, por los autores alemanes Adolf Schülten en 1922, y más adelante por Otto Jessen y Richard Hennig en los años de la segunda y tercera década del pasado siglo XX, aunque estos últimos en realidad nunca precisaron un punto tan concreto como el centro de las propias "Marismas de Hinojos". Las imágenes de satélite del área muestran dos posibles estructuras rectangulares y un par de posibles formas circulares concéntricas que han sido interpretadas como restos del "templo de Poseidón" y el "templo de Cleito y Poseidón".

Conclusiones

Sin embargo, los estudios arqueológicos y geológicos hechos "in situ", hace más de dos décadas, demostraron que no existe ninguna construcción con aquellas características en aquel lugar. Los críticos a esta hipótesis afirman que no es más que una mera ilusión óptica originada por las sombras y restos de paleocanales naturales de ríos y viejas corrientes, en una foto de satélite demasiado alejada y con poca resolución. Toda el área ha sido solamente tierra desde la Edad Medieval, aproximadamente desde el siglo IX. Esta zona era un Golfo o Bahía que ya existía desde hacía más de 6000 años, hasta que en torno a la época romana tardía comenzó a colmatarse, poco a poco, llenándose de sedimentos gradualmente hasta alcanzar en los últimos 2000 años la naturaleza de marismas que actualmente presenta.


La tectónica de placas no deja lugar a dudas, no hay lugar para la Atlántida, ningún continente o isla de dimensiones como las descritas pudo haberse sumergido o inundado sin dejar pruebas de ello. Por lo cual tenemos que pensar que de ser algo mas que un mito deberíamos buscar la Atlántida entre las tierras ya conocidas, probablemente una isla mediterranea, alguna región europea que fuera mal interpretada en los mapas o traducciones de textos antiguos, otras hipotesis barajan la posibilidad de que se tratara de las Azores e incluso en Suecia.

Aún así no deja de ser fascinante como durante siglos se ha buscado un continente idílico y existen tal cantidad de textos a lo largo de la historia aportando pruebas de su existencia.

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MISTERIOS DE LA HUMANIDAD - ATLÀNTIDA, EL CONTINENTE PERDIDO, Parte I

¿MITO O REALIDAD? 
EL ORIGEN DE LA LEYENDA




La leyenda cuenta que la Atlántida era una isla de grandes dimensiones, se podría considerar un continente, según algunas hipotesis en el Mediterráneo, en otras versiones en el Océano Atlántico, fue destruída por un terremoto o tsunami que inundó totalmente sus tierras dejándola por siempre sumergida bajo las aguas y olvidada en el pasado.

Sus habitantes poseían una tecnología y cultura muy superior a la de los contemporáneos de su época y fueron decisivos en los avances de todas las culturas mundiales. Su ubicación les permitía el acceso a culturas tan dispares como la egipcia y la Maya y eran consumados viajeros, dominando con sus barcos todos los mares y océanos del planeta. La similitud entre estructuras arquitectónicas como las piramides Mayas y Egipcias, o el parecido fonético de algunas palabras en culturas separadas por aguas y miles de kilómetros de distancia se deben según los partidarios de la existencia de dicha isla o continente y a la influencia que los Atlantes (nombre con el que habitualmente se designa a los habitantes de la Atlántida) gracias a su avanzada tecnología marcaron culturas de todo el mundo.

Nacimiento y Caída de la Atlántida

La leyenda de la Atlántida parte de Platón hacia el 350 a.C., el cual, en los diálogos Timeo y Critias, cuenta la historia de una civilización floreciente que vivía en una isla "más allá de las columnas de Hércules" (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar). Él aseguraba basarse en el sabio griego Solón, que 200 años antes decía haber oído en Egipto que una isla había sido destruida "al oeste" como consecuencia de un gran cataclismo que la sumergió en las aguas en tan solo unas horas. En más o menos 20 páginas describe esta floreciente cultura, sus ciudades y abundancias y como debido a una afrenta a los dioses (eran adoradores de Poseidón) fueron castigados y una serie de cataclismos les sumergieron en las aguas.

Hasta aquí podría parecer la típica historia moralista tan habitual en Mitología griega, pero numerosos estudiosos a lo largo de la historia han buscado su significado real pues en gran cantidad de culturas existen mitos similares a los de la Atlátida de Platón, según algunos de ellos existe una especie de memoria histórica o componente real en dicha historia y si bien la mayoría de las hipotesis fueron desestimadas por falta de pruebas o demostrada su invalidez, es cierto que de tratarse de un leyenda fue de gran difusión en una edad tan temprana del hombre que pervivió en diferentes y dispares culturas.

Ubicación de la Atlántida

La imagen romántica de una isla fabulosa tragada por el mar, ha significado que su ubicación haya sido buscada desde la época de Platón, aunque nadie está seguro si existió realmente muchos son los investigadores que la buscaron, una empresa no del todo descabellada, pues al fin y al cabo también la Troya de Homero se creía producto de la fantasía, hasta que el arqueólogo Heinrich Schliemann la descubrió en 1903. Las ubicaciones sugeridas para la Atlántida, incluyen lugares diversos a continuación enumeraré algunas de las ubicaciones más nombradas:

En el Mar Mediterráneo

Las fuentes del relato de la Atlántida son el Timeo y el Critias, textos en diálogos del filósofo griego Platón. En ellos, Critias, discípulo de Sócrates, cuenta una historia que de niño escuchó de su abuelo y que éste, a su vez, supo de Solón, el venerado legislador ateniense, a quien se la habían contado sacerdotes egipcios en Sais, ciudad del delta del Nilo. La historia, que Critias afirma verdadera,5 se remonta en el tiempo a nueve mil años antes de la época de Solón,6 para narrar cómo los atenienses detuvieron el avance del imperio de los atlantes, belicosos habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada más allá de las Columnas de Hércules y que, al poco tiempo de la victoria ateniense, desapareció en el mar a causa de un violento terremoto y de un gran diluvio.7

En el Timeo, Critias habla de la Atlántida en el contexto de un debate acerca de la sociedad ideal. Cuenta cómo llegó a enterarse de la historia y cómo fue que Solón la escuchó de los sacerdotes egipcios. Refiere la ubicación de la isla y la extensión de sus dominios en el mar Mediterráneo, la heroica victoria de los atenienses y, finalmente, cómo fue que el país de los atlantes se perdió en el mar. En el Critias, el relato se centra en la historia, geografía, organización y gobierno de la Atlántida, para luego comenzar a narrar cómo fue que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, momento en el que el relato se interrumpe abruptamente, quedando la historia inconclusa.

Del relato de Platón se deduce que la civilización atlante debió florecer hace más de 12.000 años. Este dato no puede ser exacto en ningún caso, puesto que en aquellos remotos tiempos todavía no existía ninguna cultura evolucionada que trabajara los metales, estuviera gobernada por reyes y dominara los mares con sus barcos. En cuanto a la localización del misterioso continente, el texto del filósofo ateniense lo sitúa "más allá de las Columnas de Hércules", y esto significaba, según la concepción de la antigüedad, al otro lado del estrecho de Gibraltar, es decir, en el océano Atlántico. Pero atención, recordemos que la fábula procede de los antiguos egipcios y, para ellos, la isla perdida se llamaba Keftiu (el nombre que tenían para Creta). La fuente de información de Platón, el legislador y estadista Solón, pensaba naturalmente en griego, de modo que traduciría las indicaciones del sacerdote egipcio a su propia lengua, pudiendo producirse por esto algunos equívocos. Posiblemente los egipcios tenían en mente un lugar totalmente diferente al referido por Solón, ya que para esta civilización confinada en el valle del Nilo, el mundo conocido terminaba no ya en el Atlántico, sino en el mismo Mediterráneo.

La teoría que desde 1909 ha sumado más adeptos afirma que la Atlántida fue Creta u otra isla cercana, la de Santorini. Por consiguiente, la civilización atlante se identificaría con la minoica. Son muchos los datos que apoyan esta tesis. Para los antiguos egipcios, Creta constituía un lugar de interés a causa de su cercanía y su fuerza, aunque resultaba casi inaccesible debido a su ubicación en mitad del Mediterráneo. Por otro lado, la decadencia y caída de esta civilización encaja con el dramático final descrito por Platón: hacia el año 1500 a.C. una tremenda erupción volcánica en la isla de Thera (hoy llamada Santorini) originó terremotos, tsunamis y lluvias de cenizas que acabaron por dar el golpe de gracia a aquella cultura de la Edad del Bronce, que ya había sufrido anteriores seísmos.

La fecha es lo único que no concuerda, pues recordemos que, según Platón, la Atlántida debió florecer alrededor de 12.000 años atrás. Sin embargo, pudo ocurrir que el informador egipcio de Solón se hubiera basado para sus cálculos en uno de los calendarios lunares al uso en aquella época, confundiendo al griego, quien habría tomado los años lunares por solares. En tal caso, la fecha referida por el sacerdote sería el año 1200 a.C. aproximadamente, lo cual coincide, admitiendo un margen de tolerancia de dos o tres siglos, con la explosión de Thera.

En cualquier caso, por bien que suene esta hipótesis -desarrollada y defendida sobre todo por los investigadores griegos Angelos Galanopoulos y Spyridon Marinatos- también tiene sus puntos débiles. Así, la clasificación cronológica de los diferentes estilos cerámicos de la isla de Santorini demuestra que esta cultura sobrevivió al menos cincuenta años a la erupción del volcán. La Atlántida no se hundió, por tanto, en este lugar. Y menores son las posibilidades de que se tratara de la cercana isla de Creta; Cnosos, el centro de la cultura minoica, no se colapsó hasta algunos siglos después de la erupción del volcán y, como todos sabemos, la isla continúa en su sitio

En el Océano Atlántico

Los textos de Platón señalan la geografía de la Atlántida como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3000 por 2000 estadios, rodeada de montañas hasta el mar.8 A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja de todas partes, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor, nacido del suelo.

Según el Critias, Evenor tuvo una hija llamada Clito. Cuenta este escrito que Poseidón era el amo y señor de las tierras atlantes, puesto que, cuando los dioses se habían repartido el mundo, la suerte había querido que a Poseidón le correspondiera, entre otros lugares, la Atlántida. He aquí la razón de su gran influencia en esta isla. Este dios se enamoró de Clito y para protegerla, o mantenerla cautiva, creó tres anillos de agua en torno de la montaña que habitaba su amada. La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el dios dividió la isla en respectivos diez reinos. Al hijo mayor, Atlas o Atlante, le entregó el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole, además, autoridad sobre sus hermanos. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el mar que la circundaba, Atlántico. Su hermano gemelo se llamaba Gadiro (Eumelo en griego) y gobernaba el extremo de la isla que se extendía desde las Columnas de Hércules hasta la región que por derivación de su nombre se denominaba Gadírica.

Favorecida por Poseidón, la isla de Atlántida era abundante en recursos. Había toda clase de minerales, destacando el oricalco (cobre de montaña) más valioso que el oro para los atlantes y con usos religiosos (se especula que el relato hace referencia a una aleación natural del cobre). También había grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales, domésticos y salvajes, especialmente elefantes; copiosos y variados alimentos provenientes de la tierra.

Tal prosperidad dio a los atlantes el impulso para construir grandes obras. Edificaron sobre la montaña rodeada de círculos de agua una espléndida acrópolis plena de notables edificios, entre los que destacaban el Palacio Real y el templo de Poseidón. Construyeron un gran canal, de 50 estadios de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la metrópolis; y otro menor y cubierto, para conectar el anillo exterior con la ciudadela. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Finalmente, cavaron, alrededor de la llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales rectos que irrigaban todo el territorio de la planicie.
El relato de Platón hablaba de una enorme isla "más allá de las columnas de Hércules" este dato hacia suponer que debía encontrarse en el Océano Atlántico y durante siglos investigadores del tema la situaron en dicho emplazamiento. Dicha teoría fue totalmente rechazada en 1.950 cuando se demostró la tectónica de placas y se comprobó que no existen ni existieron vestigios de ningún continente sumergido.

Hasta que dicho teórico emplazamiento se demostró que no era correcto, investigadores como Ignatius Donnelly, quien publicó su libro Atlantis: The Antidiluvian World en 1882, obra que conocería más de cincuenta ediciones y que sirvió de punto de partida para numerosas teorías posteriores. Donnelly estudió los enigmas de distintas culturas y elaboró a partir de tan misteriosos ingredientes una hipótesis irresistible: la Atlántida fue un continente entre Europa y América que se sumergió y que incluso llegó a constituir un puente terrestre entre ambos mundos.

Los principales datos que corroborarían su teoría son los siguientes: la lengua de los aztecas posee asombrosas semejanzas con la de los egipcios. (Esto no es exacto, dicen los escépticos; el parecido procede de una interpretación errónea de los signos de la escritura azteca). Los egipcios no fueron los únicos que construyeron pirámides; también los antiguos pueblos centroamericanos levantaron este tipo de estructuras, de modo que debió existir algún contacto entre ellos. (Tonterías, afirman los detractores de Donnelly; una forma geométrica tan elemental puede inspirar a cualquier arquitecto espontáneamente, sin que tenga que copiar de nadie).

La Atlántida en América 

Al ser descubierto el nuevo continente surgió como es lógico una nueva teoría, ¿Podría ser América el continente descrito por Platón?, ¿era posible que las tierras descubiertas por Cristobal Colon fueran parte de la isla soñada?

La respuesta parecía ser no pues parecía muy improbable con la tecnología de la época que relataba Platón pudiesen realizarse viajes en barco a tan larga distancia y más cuando se describían flotas de 1200 barcos que conquistaban allá por donde pasaban con sus tropas. Un dato cuando menos curioso sobre esta teoría es el siguiente:

En una sesión de trance realizada en 1933, el vidente norteamericano Edgar Cayce describió de una forma colorista y fantástica la vida en aquella antigua civilización, prediciendo, además, que una parte de ella sería encontrada en el año 1968. Y en efecto, un año más tarde de lo vaticinado se descubrieron en el fondo marino frente a las Bahamas ciertas estructuras aparentemente realizadas por la mano humana. La localización de la Atlántida en esta zona ya había sido propuesta por otros investigadores, que sin duda se remitían a los datos aportados por el geógrafo romano Marcelo, del primer siglo antes de nuestra era. Según él, el continente perdido habría estado integrado por siete islas pequeñas y tres grandes, la mayor de ellas de 1.000 estadios de diámetro, lo que equivale aproximadamente a 200 kilómetros.

¿Debemos, pues, buscar los restos de la Atlántida en el Caribe? La mayor de las islas antillanas, La Española, tiene un tamaño que coincide más o menos con el calculado por el sabio Marcelo. Sin embargo, estas especulaciones tienen muy poco que ver con la descripción de Platón. Las formaciones de piedra encontradas son según los expertos tan solo una formación rocosa insólita y no tienen nada que ver con la mano del hombre y aún en el caso de ser estructuras arquitectónicas creadas por el hombre parece muy poco probable que perteneciesen a la Atlántida que relataba Platón y con casi total seguridad serían parte de una cultura megalítica aun desconocida.

Caída del imperio atlante

La caída de la Atlántida, por Monsù Desiderio (s. XVII).

Los reinos de la Atlántida formaban una confederación gobernada a través de leyes, las cuales se encontraban escritas en una columna de oricalco, en el Templo de Poseidón. Las principales leyes eran aquellas que disponían que los distintos reyes debían ayudarse mutuamente, no atacarse unos a otros y tomar las decisiones concernientes a la guerra, y otras actividades comunes, por consenso y bajo la dirección de la estirpe de Atlas. Alternadamente, cada cinco y seis años, los reyes se reunían para tomar acuerdos y para juzgar y sancionar a quienes de entre ellos habían incumplido las normas que los vinculaban.

La justicia y la virtud eran propios del gobierno de la Atlántida, pero cuando la naturaleza divina de los reyes descendientes de Poseidón se vio disminuida, la soberbia y las ansias de dominación se volvieron características de los atlantes. Según el Timeo, comenzaron una política de expansión que los llevó a controlar los pueblos de Libia hasta Egipto y de Europa, hasta Tirrenia. Cuando trataron de someter a Grecia y Egipto, fueron derrotados por los atenienses.

El Critias señala que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, pero el relato se interrumpe en el momento en que Zeus y los demás dioses se reúnen para determinar la sanción. Sin embargo, habitualmente se suele asumir que el castigo fue un gran terremoto y una subsiguiente inundación que hizo desaparecer la isla en el mar, "en un día y una noche terribles", según señala el diálogo en Timeo.

Parte II acá

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