En la
Biblia (escritura sagrada de judíos, cristianos, y referencia del islam) el
profeta Moisés (aprox. 1250 a. C.) recibió directamente de manos del dios
Yahveh, “escritas con su dedo”, una lista de órdenes o mandamientos que los
israelitas debían respetar: los Diez Mandamientos. El nombre decálogo, con que
suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos: ‘diez palabras’) con
que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional de la Biblia,
tanto en el Éxodo 34:28, como en el Deuteronomio 10:4.
De
acuerdo con dichas escrituras, Moisés subió al Monte Sinaí y permaneció en su
cima cuarenta días y cuarenta noches, al cabo de los cuales le dio Dios
escritos en dos tablas de piedra los Diez Mandamientos. Cuando bajaba del
monte, vio al pueblo que estaba adorando un becerro de oro y enfurecido las
rompió. Posteriormente, pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él
un «convenio» (pacto o alianza). Entonces, el Señor ordenó a Moisés que tomara
dos lajas de piedra, y en ellas quedaron escritos los Diez Mandamientos del
pacto, reconviniéndole que “no deben tolerar la desobediencia”.
Los Diez
Mandamientos son una expresión de la ley natural, con la excepción del primero
y el tercero. Algunas partes del
Decálogo se encuentran en las leyes de otras religiones antiguas. Sin embargo
los Diez Mandamientos superan a los otros códigos morales de la antigüedad por
su monoteísmo explícito, su doctrina sobre la grandeza y bondad de Dios y por
las obligaciones morales que se extienden hasta los deseos íntimos del corazón.
Los Diez
Mandamientos de la Ley de Dios son el fundamento irreversible de la moral y
estos son:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No tomarás el Nombre de Dios en vano.
- No harás imágenes, ni las adorarás.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás actos impuros (adulterio).
- No robarás.
- No dirás falso testimonio ni mentirás.
- No codiciarás los bienes ajenos.
En la
religión judía, en la Torá, los Diez Mandamientos están divididos del siguiente
modo:
Dios
dijo todas estas palabras:
- "Yo soy el Eterno, tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud".
- "No tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi presencia fuera de mí. No te harás una imagen tallada ni ninguna semejanza de aquello que está arriba en los cielos ni abajo en la tierra ni en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos ni los adorarás, pues yo soy el Eterno, tu Dios, el único Dios, quien tiene presente el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación con mis enemigos; pero quien muestra benevolencia con miles de generaciones a aquellos que me aman y observan mis preceptos".
- "No tomarás para jurar en el nombre del Eterno, tu Dios, en vano, pues el Eterno no absolverá a nadie que tome su nombre en vano".
- "Recuerda el día de shabat, para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu labor; mas el séptimo día es shabat para el Eterno, tu Dios; no harás ninguna labor, tú, tu hijo, tu hija, tu esclavo, tu sirvienta, tu animal y tu converso dentro de tus puertas, pues en seis días el Eterno hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el séptimo día. Por eso, el Eterno bendijo el día de shabat y lo santificó".
- "Honra a tu padre y tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Eterno, tu Dios, te da".
- "No asesinarás al inocente".
- "No cometerás adulterio".
- "No robarás".
- "No levantarás falsos testimonios sobre tu prójimo".
- "No codiciarás los bienes ajenos".
Relación con el Árbol de la Vida, los Pecados Capitales, Sacramentos y los Chakras:
A su vez, como hemos vistos en los artículos anteriores, los Diez Mandamientos también se relacionan con los Sacramentos, los Chakras, las Sefiroth del Árbol de la Vida, la Astrología y los Pecados Capitales, como señala la tabla siguiente:
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