Egoísmo


El término egoísmo hace referencia al amor excesivo e inmoderado que una persona siente sobre sí misma y que le hace atender desmedidamente su propio interés, satisfaciendo su propio ego. Por lo tanto, el egoísta no se interesa por el interés del prójimo y rige sus actos de acuerdo a su absoluta conveniencia.


El concepto proviene del ego que, de acuerdo a la psicología, es la instancia psíquica mediante la cual un individuo se hace consciente de su propia identidad y se reconoce como yo. El ego es aquello que media entre la realidad del mundo físico, los impulsos del sujeto y sus ideales y que media entre los deseos del ello y los mandatos morales del superyó para que el individuo logre satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales, tanto espirituales, corporales, como materiales.


El egoísmo, por lo tanto, es un concepto opuesto al altruismo. La persona altruista sacrifica su propio bienestar por el beneficio de otros; es decir, busca el bien ajeno antes que el propio.


Términos como el egocentrismo, que derivan y hacen referencia a centrarse en el ego (es decir, el yo), es la exagerada exaltación de la propia personalidad. El egocéntrico hace de su personalidad el centro de la atención.
Los psicólogos resaltan que el egocentrismo consiste en creer que las opiniones y los intereses propios son más importantes que los pensamientos de los demás. Lo que el egocéntrico pretende es, según su óptica, lo único que tiene valor.
Por lo general,  todos los niños son egocéntricos ya que sus habilidades mentales no le permiten comprender que el resto de las personas pueden tener criterios y creencias diferentes a las de ellos.  Lo cual demuestra que la exacerbación del ego, transformándolo al egoísmo y, más aun, al egocentrismo, pasaría a ser un comportamiento inmaduro de quien lo tiene.


La persona egoísta está centrado en si misma y vive en un mundo cerrado.
El egoísmo es diferente al amor propio, que es necesario y saludable, porque, inconscientemente, el egoísta no siente amor hacia su persona sino desprecio y quiere todo para él porque, de alguna manera, se siente miserable y vacío.
La diferencia entre el amor propio y el egoísmo es que mientras el primero es el sentimiento de respeto por uno mismo, que no puede ceder su propio espacio; el segundo es la pretensión de utilizar a los otros para su propio beneficio, manipulándolos (si es posible) como objetos.


Buda decía que si la gente no se odiara tanto a si misma, habría menos sufrimiento en el mundo, porque el odio hacia si mismo se proyecta con agresividad y violencia.


El ser humano egoísta tiende a estar solo y aislado, por eso y por lo general, trata de llenar su vida con objetos. Su personalidad tiende a ser depresiva y con rasgos obsesivos, tales como la mezquindad, que es ser despreciable por carecer de sentimientos nobles.


Por favor, no confundir egoísta con avaro, que es una persona poco dispuesta a gastar lo que tiene, sin compartirlo e incluso renunciando a tener comodidades básicas; ni tampoco con la codicia, que es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.  Sino, más bien, con el hecho que la persona no tiene ni el tiempo, ni la necesidad de pensar en el otro, por mucho que diga que le ame o quiera, ya que, como dije anteriormente, es incapaz de amarse a sí mismo, por ende, menos a los demás.  Siempre es de adentro hacia afuera, nunca al revés.


Frases típicas de un egoísta en su diario vivir al justificar su acción, son:
"Es que yo..."
"Es que yo creí que..."
"Nunca pensé que tú..."
"Es que no te escuché..."
"Estaba tan ocupado(a) que no pude o no tuve tiempo de..."
"Se me olvidó..."
"Si no era tan importante...", etc.


Por lo general y en la gran mayoría, las palabras tales como: "Perdón", "Disculpas" y "Lo siento", no están en su vocablo.  Y si lo están, pues le cuesta mucho el decirlas después de una gran discusión.


Es uno de los pilares más fuerte que compone a la soberbia y al orgullo.
Es a lo que, en el ámbito del crecimiento espiritual, vinimos a vencer al llegar a este mundo.
Comprende el tercer y cuarto chakra (Manipura y Anahata), comprometiendo el bazo, hígado y corazón.


Según la psicología, existen distintos tipos de egoísmos: el egoísmo psicológico, teoría que afirma que la conducta humana está impulsada por motivaciones autointeresadas; el egoísmo ético, que considera que las personas ayudan a las demás pero siempre en búsqueda de un beneficio posterior (la ayuda representa un medio para obtener algo provechoso); y el egoísmo racional, que, por otra parte, señala que la búsqueda del propio interés es fruto del uso de la razón.


Revisa el siguiente artículo:  ¿Corazón o Ego en el Amor?


Los invito a ver el siguiente video:



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