¡CUIDADO CON QUIEN TE ACUESTAS!
Una de las conexiones que más se fortalece con una persona es la que aparece cuando tenemos relaciones sexuales con ella. Al realizar intercambios sexuales con una persona, no solamente se juntan los cuerpos físicos, como usualmente se piensa; energéticamente pasan cosas en tercera dimensión, más allá de nuestra capacidad de comprensión: se crean hilos energéticos que inevitablemente unen a esa persona con la que estuvo. Al separarse, dejan una huella energética. Cuando más relaciones se tiene con una persona, más profunda es la conexión. Por eso es que a veces recuerdas tanto a tu ex o al andante o quien hayas intimado, cambia tu vibración y creas lazos energéticos que los unen donde posteriormente se siguen transmitiendo energía a nivel sutil. En cada relación se adquiere parte de la energía del otro.
Como dije, al acostarnos con una persona, nos llenamos y cargamos de la energía del otro. Prácticamente absorbemos fragmentos emocionales de la otra vida, puesto que el canal sexual es muy amplio e intenso. Si una persona con la que tuvimos una conexión sexual, nos aprecia, esta persona nos estará transmitiendo una serie de vibraciones positivas con las cuales vamos a sintonizarnos. Mientras que si esta persona no nos corresponde o no nos aprecia, sino que tiene sentimientos negativos hacia nosotros, son estos sentimientos negativos los que van a resonar en nuestra vida. Esto último nos causa bloqueos energéticos tan fuertes que nos pueden enfermar.
Si tienes relaciones con gente inconsciente, carente de amor, inestable, adquieres lo mismo. Cambias a un paradigma en que nada te hace feliz, aunque tengas muchas razones para serlo. Llevarás una carga energética, sumándose todas ellas en tu campo energético.
Por el contrario, si tienes relaciones con alguien consciente, lleno de luz, de amor y que mantienen su energía limpia, se genera un maravilloso intercambio de energía positiva para ambos individuos. Ambos se elevan en amor y consciencia ya que la energía del amor y la sexualidad es tan grande y mágica que los hace vibrar tan alto que llegan a un estado expandido de la consciencia. Esa energía también queda en ti como nuevos códigos de luz. Si tienes relaciones con una persona con pareja, en consecuencia adquieres la energía de esa persona y la de su pareja (y las parejas de su pareja).
Pero casi todos hemos tenido sexo casual, aventuras. Tranquilos, no hay culpables, se puede cambiar cuando se decide. Pero pocas personas son conscientes de toda la energía que se mueve cuando tienen encuentros íntimos con alguien. Las energías y las almas se entrelazan y entre más profunda sea esa conexión, más se une, se comparte y se intercambia energía. Nunca lo pensamos más allá, pero cuando compartes la cama con otra persona, ocurre más que solo el intercambio de fluidos, el roce de cuerpos y algunas horas de placer. Los seres humanos somos energía y no hay momento más poderoso que cuando dos cuerpos elevan su sexualidad para conseguir un fin único y divino, el de crear una vida nueva.
Aunque actualmente se utilicen métodos anticonceptivos, no quiere decir que el cuerpo no se prepare para lo que está naturalmente programado, es decir, la fecundación. Cuando una mujer recibe la eyaculación del hombre, se crea una conexión muy fuerte que no desaparece así como así, especialmente si ocurre en repetidas ocasiones, como lo es durante una relación de pareja de varios años.
Lo impactante de toda esta filosofía, respaldada por antropólogos y psicoanalistas, es que esa energía de la que se está hablando, no desaparece tan rápido como el amor mismo, es decir, que incluso después de terminada una relación, los residuos de la energía sexual de esa persona siguen dentro de nosotros y al momento de encontrarse con una energía nueva provoca un choque que se manifiesta como confusión en nuestras emociones.
Para liberarte de estas energías acumuladas y encontrar una liberación en tu cuerpo, los filósofos hindúes recomiendan una serie de rituales bastante sencillos, como por ejemplo nadar en un río, un baño con sales, conectarte con la naturaleza o tomar el sol con moderación. Todo esto te ayudará a conectarte de nuevo contigo mismo y a liberar viejas vibras de personas que ya no tienen nada que ver con tu vida.
Primero, por vibración, ofrecemos y recibimos lo que somos. Segundo, por aprendizaje, La otra persona te mostrará tus sombras para que puedas reconocerlas y mejorar y vise versa. Y tercero, por conflictos internos, o porque no te amas o no te valoras.
En consecuencia, te relacionas con personas de tu misma vibración con la incapacidad de amarte y valorarte,, pero sólo refleja la relación contigo mismo. Ámate a ti, ante todo.
Esto no es una invitación a que no tengan sexo, al contrario ¡Hagan el AMOR cuantas veces quieran!
Pero antes de eso vibren alto, para ser una persona con la que puedas ser estable y que les ayude a crecer y no que les tiren hacia abajo.
Las personas que vibran alto son el amor. Lo ideal es consolidar relaciones con personas que sintonicen vibraciones altas, altísimas, mucho más altas que tú. Sólo así, atraerás a tu vida una persona con la que puedas planear tu futuro, que sea estable, que te ayude a crecer y a lograr todas las metas y objetivos que juntos se planteen.
"Jamás duermas con alguien que no te agradaría ser."
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NAMASTÉ