El Cielo de la Creación



 El Cielo de la Creación es el segundo nivel de los reinos celestiales.  Podemos conectamos con su energía altamente delicada para iluminar nuestras relaciones personales.  Los ángeles de este reino son conocidos por sus nombres específicos de Poderes, Virtudes y Dominaciones.  Todos ellos nos ayudan a amamos y entendemos unos a otros.

Muchísimas personas encuentran las relaciones trabajosas y estresantes.   Los ángeles del Cielo de la Creación ayudan a volverlas más fáciles, de modo que tengamos significado e intimidad en nuestras vidas.   Los ángeles tratan de enseñamos a queremos unos a otros lo mejor que podamos.  Dentro de cada uno de nosotros se halla el corazón de un ángel.  Si tan sólo le permitiéramos a éste manifestarse a nuestro través, viviríamos todos felices.  Los ángeles del Cielo de la Creación nos proporcionan las herramientas que necesitamos para hacer que nuestras relaciones funcionen.  Están siempre tratando de mostramos medios saludables e integrales que nos permitan florecer como espíritus libres y creativos.

Es en las relaciones donde tenemos la oportunidad de conocemos a nosotros mismos.  Nos ayudan a aceptar nuestras limitaciones, expandir nuestros horizontes y desarrollar nuestras fortalezas.  Contienen dentro de ellos los espejos que concuerdan con nuestras almas.  Nos ayudan a identificar nuestra propia valía, nuestra capacidad de amor, placer y humor.  Nos instruyen sobre nuestra integridad o sobre nuestra connivencia con otra gente.

Las relaciones ponen a prueba nuestros principios sobre la lealtad, la confianza y la honestidad.  Nos ayudan a purificar nuestras necesidades y a examinar nuestras ambiciones y deseos.  Nos muestran las alturas y las profundidades de las emociones.  Es a través de las relaciones como los ángeles nos enseñan acerca del amor y la sabiduría.  Nos ofrecen la clave de la libertad y la confianza cuando nuestras vidas puedan hallarse nubladas de infelicidad.  Ellos están ahí para allanar el camino, de modo que nuestras relaciones puedan damos gozo y placer.

Los ángeles quieren que seamos felices, gozosos y juguetones.  Su intención es la de vemos realizados en todos los sentidos.  Nos ofrecen su apoyo y su amor para ayudamos a encontrar nuestro gozo.  Nutren y protegen nuestras almas de modo que podamos vivir a partir de nuestra libertad y expresar plenamente nuestras naturalezas creativas.  Los ángeles son, propiciadores de la vida, facilitando nuestro crecimiento en modos que nos enseñan sobre el poder infinito de la Fuente.  Los ángeles nos recuerdan que tenemos la libertad de hacer nuestras vidas tan placenteras y felices como queramos.  Depende, por tanto, de nosotros hacerlas venturosas y expresar nuestra gratitud por todo lo que nos ha sido dado, pues no hay verdadera curación sin la gratitud.  Cuanto más abrimos nuestros corazones a las cualidades de la paz, la libertad y la reconciliación, mayores son nuestra viveza y nuestro gozo.







Los Poderes

“Pues un ángel de paz, un guía fiel, un guardián de nuestras almas, nos permite rogar al Señor.
LITURGIA DE LA IGLESIA ORTODOXA ORIENTAL

Los ángeles protectores y guías conocidos como los Poderes son aquellos que específicamente nos ofrecen paz, armonía y serenidad.  Su función celestial es la de proteger nuestras almas, que medran mejor en una atmósfera de tranquilidad y paz.

Cuando buscamos una vida pacífica, los ángeles nos ayudan a transformar en serenidad el tumulto emocional de nuestras vidas.  Saben que somos más felices y más sanos cuando buscamos la paz en nosotros mismos y en nuestro mundo.  Tenemos entonces la oportunidad de medrar emocionalmente y convertimos en individuos creativos.  Tienen absolutamente claro, no obstante, que es cosa de nuestro libre albedrío desear este modo de vida.  Nunca se nos imponen, sino que permiten a nuestra libre elección florecer y brotar conforme evolucionamos desde la lucha y la supervivencia hasta convertimos en humanos completos e integrados.

Cuando elegimos la paz, los Poderes nos ayudan a liberar de nuestras vidas cualquier cosa que sea conflictiva y dramática.  Nos ayudan a encontrar modos pacíficos y delicados de que nuestras almas medren y prosperen de manera que, al final, podamos ser felices.

Una oración del Evangelio de los Esenios que implora la paz, dice:

“¡Oh Padre Celestial!
¡Trae a tu tierra el reino de la Paz!
Recordaremos entonces las palabras
De aquel que de siempre enseñó a los Hijos de la Luz
Doy la paz de tu Madre Terrenal aA tu cuerpo,
y la paz de tu Padre Celestial a tu espíritu.
Y que la paz de ambos Reine entre los hijos de los hombres.
¡Venid a mí todos los que estáis cansados, y que pugnáis en el conflicto y la aflicción!
Pues mi paz os fortalecerá y consolará.
Pues mi paz es enteramente plena de gozo. “







Las Virtudes

Las Virtudes nos enseñan el amor de la libertad y la santidad de la fe.  Su función celestial es la de transformar nuestros pensamientos en materia.  Son el eslabón esencial en el proceso que llamamos manifestación.  Esto significa que lo que queremos y deseamos puede ser transformado en realidad material por nuestra firme intención de creado.  A fin de que una cosa deseada se manifieste en nuestra existencia diaria, hemos de tener la fe de que nos es posible tener lo que queremos.

Cuando aceptamos que algo puede volverse una posibilidad real para nosotros  y nos desprendemos de la idea de ello y confiamos con todo nuestro corazón, entonces, si es para nuestro bien más elevado y nuestro más grande gozo, entrará en nuestras vidas.  Las Virtudes ayudan durante el proceso de manifestación por transformar nuestros sueños en realidad.  Nos enseñan que somos libres de desear cualquier cosa que creamos que nos dará felicidad y placer.  Ayudan a que nuestras vidas se desenvuelvan en las formas que nos gustaría.  Nos recuerdan lo importante que es confiar en lo positivo y ser creativos en nuestro pensamiento.

Nos traen las lecciones de la libertad, la confianza y la Fe.  Es su guía a lo largo de los tiempos duros y difícil es lo que nos sostiene.  Nos ayudan a valorar y querer estas cualidades, pues saben que algo que no las incorpore no es verdaderamente posible en términos de una manifestación real y duradera.

Somos la libertad misma y, sin embargo, muchas de nuestras relaciones son expresiones de connivencia y codependencia, más que de nuestro sí libre y más evolucionado.  Conforme crecemos, se requiere confianza en el proceso de la vida misma para saber que estamos avanzando hacia la Luz y hacia nuestra propia individualización.  La fe es la cualidad más esencial para saber que todo es posible y que estamos verdaderamente protegidos y guiados.







Las Dominaciones

“Los ángeles cantan alabanzas de su Señor y piden perdón para los que están en la Tierra.”
EL CORÁN, XLII: 5

Las Dominaciones ofrecen a la humanidad la cualidad de la misericordia.  Nos ayudan a reconciliar nuestro pasado y a encontrar el perdón en nuestros corazones.  También nos traen el don de la sabiduría, capacitándonos para vivir en un estado de gracia.  Nos ayudan a estar más plenamente en el presente, liberando la pesada energía de recriminaciones pasadas, que pueden pesar grandemente en nuestros espíritus y detener nuestra fuerza creativa.

Las Dominaciones son ángeles de gran luz y sensibilidad.  Saben que a menudo, para la mayoría de nosotros, el perdón es una de las cosas más difíciles de pedimos.  Cuando ha habido un gran sufrimiento, a veces durante generaciones, el odio y el dolor están enraizados en nosotros.  Estos espíritus divinos nos incitan delicadamente, una y otra vez, a soltar el yugo de nuestra negatividad.  Alivian amorosamente el peso de nuestro sufrimiento y hacen que nos sea posible abandonar el pasado y vivir más plenamente en el presente.

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