LA GRAN
AVENTURA INTERNA
¿Cuántas
veces has sentido que necesitas descansar del correr incesante de la vida
moderna? ¿Cuántas veces has querido salirte del ruido y entrar en el silencio,
pero tus pensamientos no paran de repetir cosas que ya no quieres escuchar? Es
muy común en nuestros días encontrarte tenso, malhumorado, apretado y no saber
qué hacer para aliviar la situación. Estamos viviendo una vida de grandes
tensiones que le exigen al ser humano una estabilidad muy grande para no caer
en el tan temido estrés, mal común en nuestros días.
El
hombre moderno, que es un gran ejecutor, ha olvidado introducirse en sí mismo,
ha olvidado ir al lugar en donde está su mayor fortaleza y su fuente de
sabiduría. La vida moderna parece estar hecha para evitar, en todo momento, la
mirada interna. Se han alcanzado grandes logros en el campo de la tecnología
pero no sabemos introducirnos en nosotros mismos, no sabemos buscar la fuente
que nos calma la sed y nos da el equilibrio necesario para vivir mejor.
La gran
aventura interna comienza con la meditación. Esta es la puerta de entrada a los
parajes secretos de tu mundo interno. Es el método que te lleva al contacto con
tu propia fuente de vida. Cuando decides
meditar, estás encaminándote al reino de la luz y del amor porque solo, en lo
profundo de tu corazón, encontraras el equilibrio y la felicidad que has estado
buscando.
La
meditación se ha definido de muchas formas. Te daré una fórmula fácil de
entender. Decimos que meditar es hacer que tus emociones y tu mente guarden
silencio para que puedas escuchar la voz del alma, de ese ser maravilloso y
divino que eres en verdad. Por lo tanto, el objetivo de la meditación es hacer
contacto con el alma. Allí está la fuente de sabiduría y de verdad, allí está
el amor que se da sin pedir nada a cambio, allí están la fortaleza, el poder y
la voluntad. Son tus tesoros, los de verdad, no como aquellos de hierro y de
plástico, de cemento y de vidrio, de piedras y metales; y están compuestos de
una sustancia muy sutil que tiene la particularidad de no desgastarse o
acabarse; nadie te los puede robar y no se devalúan.
Cuando,
a través de la meditación, te pones en contacto con tu alma, tu vida comienza a
cambiar. Es como si abrieras una llave por donde fluye una energía muy especial
que tiene el poder de hacer nuevas todas las cosas. Algo parecido a cuando te
enamoras. Tú sabes lo especial que es estar enamorado. La calle vieja de
repente es la más bonita porque te conduce a la reunión con el amado o la
amada, el sol parece que alumbra mucho más y las estrellas toman un nuevo
brillo. Nos inspiramos y sorpresivamente nos hacemos poetas.
Creo que
todos estamos de acuerdo en que estar enamorado es estupendo. Si observas bien
te darás cuenta que el amor contiene el poder de hacer nuevas todas las cosas
porque, cuando nos enamoramos, vemos las cosas distintas, encontramos belleza
en todo. Y hasta nosotros mismos expresamos la belleza a través de la mirada,
los gestos y el rostro.
Esta
misma transformación ocurre cuando, por medio de la meditación, hacemos
contacto con el alma. Es tan notorio que si tienes un espejo cerca y te
observas al momento de salir de la meditación, lo vas a notar. Y lo van a notar
también tus familiares y amigos porque, como el amor, el contacto con el alma
no se puede esconder, se nota.
¿Por qué
es así? ¿Por qué el parecido? Porque el alma es la fuente de todo tu amor y
hacer contacto con tu alma es como hacer contacto con tu otra mitad, con eso
que te falta para sentirte completo.
Dios es
amor y el alma es un pedacito de Dios. Es tu parte divina. Y es también la
parte divina de todos. Lo divino en ti es lo mismo que lo divino en todos los
demás seres humanos. Es como una corriente de energía divina, de luz líquida
que fluye en todos. Somos partes de un todo mayor que llamamos Humanidad y este
hecho es la base real de la fraternidad humana. No es una razón sentimental, es
un hecho. Por eso es que cuando un ser humano hace contacto con su alma, el
amor aflora como algo natural y se ama a todos los seres porque se hace
contacto con esa corriente de vida y de amor que nos hace sentir uno con todos
los demás.
El
problema del ser humano es que se ha identificado con su personalidad,
compuesta por su cuerpo físico, sus emociones y su mente, y se ha olvidado de
quién es en verdad. Con la meditación recuperamos la memoria de nuestro origen
divino y nos salimos de la memoria del reino animal que nos hace creer en la
muerte, en la carencia, que nos hace ser posesivos y egoístas, nos limita con
su sentido de propiedad y posesión y nos encierra en nuestras pequeñas
propiedades privadas cuando todo el universo es nuestro patrimonio.
Con la
meditación comienzas a descubrir tu verdadero mundo. Un mundo de armonía y
belleza, de luz y amor, de fuerza y sabiduría. Un mundo que es tuyo; sólo
tienes, simplemente, que decidirte a entrar y, poco a poco, los esplendores de
tu alma comenzarán a introducirse en tu vida diaria.
LA
RELAJACIÓN
Como
paso previo a la meditación, es muy importante aprender a relajarte. Observa
cuán tenso puedes estar en algunos momentos del día. La vida moderna con sus
incesantes prisas, nos induce a contraernos en exceso, por tal motivo, el
relajarnos es casi tan necesario como comer. De esta manera podemos soltar las
tensiones que suelen convertirse en insidiosos venenos que nos enferman o nos
hacen sufrir.
Hay un
ejercicio muy bueno que puedes hacer muchas veces al día. Por un minuto suelta
lo que estás haciendo, retírate a una habitación tranquila y acuéstate en el
piso o sobre una cama con los brazos y piernas relajados. Imagínate que te sumerges
en un océano de luz. No pienses en nada, quédate sumergido en la luz. Cuando te
levantes, te habrás recargado. Puedes también pararte frente a una ventana y
con los brazos abiertos respirar profundamente, imaginándote que inhalas luz y
exhalas todas tus tensiones. Lo repites varias veces y luego, con el poder de
tu imaginación, visualizas que la luz circula a través de todas tus células y
de todos tus órganos y al exhalar la dejas salir para iluminar, alumbrar y
ayudar al mundo entero.
Como
preparación para la meditación puedes hacer el siguiente ejercicio: te acuestas
en el piso y tensas todo tu cuerpo. Como si trataras de entrar en el piso, por
un minuto, empujas tu cuerpo hacia abajo. Entonces, empezando por los dedos de
los pies, vas soltando, parte por parte, todo tu cuerpo, hasta llegar a la cima
de tu cabeza, mientras imaginas que una luz blanca y resplandeciente te rodea y
te penetra.
LA
CONCENTRACIÓN
La
concentración es el arte de mantener tu mente en el lugar que conscientemente
le destinas. Desarrollar la concentración no sólo te ayudará a lograr una más
profunda meditación sino que te permitirá utilizar tu mente más eficientemente.
Puede
suceder que cuando quieras meditar comiences a pensar en otra cosa
completamente ajena al tema de la meditación. La técnica para poder superar
esta situación consiste en observar el pensamiento que viene a tu mente sin
resistir ni pelear. Si te molestas, le das fuerza y no te puedes liberar de él.
Si te quedas simplemente observándolo, solito se va.
Si
quieres desarrollar el poder de la concentración en la vida diaria, puedes
hacer los siguientes ejercicios:
a.-
Observa un lugar y luego trata de recordar lo que has visto, incluyendo todos
sus detalles.
b.-
Cuando escuches música, sumérgete en la melodía sin pensar en otra cosa y trata
de distinguir los diferentes sonidos que la componen.
c.-
Observa un objeto cualquiera, puede ser una vela, una flor, un árbol. Cada vez
que tu mente piense en otra cosa, amorosamente la vuelves hacia el objeto.
Los
ejercicios de concentración son muy sencillos. Lo importante es la
perseverancia que tengas. Si te esfuerzas, los frutos recompensarán, con
creces, tu trabajo.
ANTES DE
MEDITAR
1.
ASÉATE. Si te das cuenta de que cuando meditas entras en contacto contigo
mismo, sentirás el deseo natural de estar muy limpio. Es muy recomendable darse
un buen baño antes de meditar. Pero no termines la limpieza con el cuerpo
físico, limpia también tus emociones y tu mente. Es fácil. Lo puedes hacer con
la ayuda de los elementos. Si cuando te duchas bendices el agua y le pides que
de la misma manera que limpia tu cuerpo, limpie y purifique tu cuerpo emocional
verás, que al salir del baño, quedas sintiéndote muy liviano. Puedes inclusive,
con el poder de tu imaginación, visualizar el agua como si estuviera cargada
con partículas de luz multicolor. Luego, ve cómo están tus pensamientos. Si
puedes exponerte a una brisa, pídele al viento que limpie tu mente e imagínate
que ese viento arranca de ti todo pensamiento negativo. Si no puedes exponerte
a una brisa, simplemente imagínatela y pinta la brisa de luz blanca.
Es muy
probable que, debido al ritmo de la vida moderna, no puedas ducharte, ya sea
porque vas a meditar en el tiempo libre en tu trabajo, en el autobús, o en
algún otro lugar que no es tu casa. No te limites por ello, simplemente
imagínate que te estás duchando y le pides a los ángeles que te limpien y
purifiquen.
2. BUSCA
EL LUGAR APROPIADO. En tu casa debes tener un lugar, aunque sea muy pequeñito,
que lo dediques a tu meditación. Será tu rinconcito de luz. Lo limpias muy bien
y le pides a los ángeles que mantengan ese lugar consagrado a Dios. Puedes
poner plantas o flores, pero que sean naturales. El plástico no tiene la
vibración de una planta viva y por lo tanto no atrae a los ángeles. Este lugar
se irá llenando de la sustancia etérica de tus pensamientos y sentimientos y
así irás creando, en el mundo invisible, un camino de fácil acceso a la esfera
de tu alma. Notarás, a medida que pase el tiempo, que cuando meditas en ese
lugar, se te hace más fácil acceder a tu mundo interno. En los hogares, estos
lugares se convierten en una bendición para sus habitantes.
3.
RESPIRA CÓMODAMENTE. Antes de empezar tu meditación, observa tu respiración. No
le quieras imponer un ritmo específico, simplemente respira cómodamente pero
tratando que sea de una manera profunda y natural. Ten presente que la
respiración, unida a ideas luminosas, aporta beneficios incalculables para la
vida intelectual, emocional y física.
4. USA
ROPA CÓMODA. Es muy difícil meditar cuando te aprieta la ropa, por lo tanto,
suéltate todo lo que te aprieta. Es preferible utilizar tela de alguna fibra
natural, como lo es el algodón, el lino o la seda. Estas recomendaciones son,
simplemente, para ayudarte a que la meditación sea más fácil pero de ninguna
manera son imprescindibles. Puedes meditar con cualquier tipo de ropa. Son
muchos los que prefieren meditar vestidos de blanco. Es cuestión de
preferencias.
5. UBÍCATE
EN UNA POSICIÓN ADECUADA. No te acuestes porque te vas a quedar dormido. La
mejor posición es sentada cómodamente en una silla con la espalda derecha y la
cabeza con el mentón ligeramente inclinado hacia adelante. Si puedes sentarte
en el piso sobre un cojín, con las piernas cruzadas, en la posición de loto o
medio loto, es muy recomendable, pero para la mayoría de nosotros resulta muy incómoda.
No se puede meditar si estás incómodo, si te duele una rodilla o se te durmió
la pierna. Por lo tanto, la clave aquí es la comodidad, de manera que tu cuerpo
físico no te moleste durante la meditación.
6. NO
COMAS ANTES DE MEDITAR. Es más difícil meditar cuando estás haciendo digestión;
por lo tanto trata de meditar antes de comer. Y muy importante, no medites
cuando has ingerido alcohol. Es muy dañino y peligroso.
7. USA
SÓLO PERFUMES SUAVES Y NATURALES. Si te gusta perfumarte, puedes usar aceites
esenciales, ya sean de rosas, eucalipto, o cualquier otro aroma suave, pero ten
cuidado con los perfumes muy fuertes porque pueden estimular los centros
inferiores y producir resultados distintos a los que estás buscando.
8.
MEDITA PREFERIBLEMENTE EN LA MAÑANA, antes de la salida del sol. Para los
madrugadores, el beneficio es muy grande. A esa hora la atmósfera está menos
cargada de corrientes de pensamientos y el prana es más abundante. El mediodía
también es muy bueno, pero se puede meditar a cualquier hora aunque es mejor
meditar de día que de noche.
9. ANTES
DE MEDITAR NO TENGAS RELACIONES SEXUALES. Permite que pasen por lo menos seis a
ocho horas. Tu cuerpo no está en condiciones de desgastar más energía y como la
meditación te exige una energía que no tienes disponible, puede ocasionarte
trastornos.
CUATRO
CLAVES
I -
VIGILA TU INTENCIÓN
La
intención es como la energía que se le da a una flecha cuando es lanzada al
espacio. Ella contiene el deseo y la decisión y algo que va a determinar el
éxito, la dirección. Esto es muy importante en la meditación porque si
verdaderamente quieres meditar, que es hacer contacto con tu alma, y le das una
dirección egoísta a la energía que pones en ello, nunca vas a llegar a tener un
éxito completo. El alma es la fuente de todo amor, en ella no hay una pizca de
egoísmo. El servicio, el darse en bien de los demás, es su instinto, así como
el deseo de autosatisfacerse es el instinto de la personalidad. Por lo tanto,
cuando vamos en pos del contacto con el alma, tenemos que tener una intención
que no contenga elementos de egoísmo para que nos impulse en la dirección
correcta.
Si
quieres meditar para sentirte bien, de seguro que al hacerlo lo vas a lograr,
te relajarás, ganarás fuerzas y hasta gozarás de buena salud, pero no habrás
hecho un verdadero contacto con tu alma que es la que guarda los más grandes
tesoros para ti. Querer sentirse bien es bueno y hasta un deseo genuino, pero
no es la correcta intención que debes tener al meditar porque contiene un
poquito de egoísmo. Pero si tu intención es servir a la humanidad, ayudar al
planeta, hacer algo para que el Plan de Dios se establezca en el mundo,
entonces la dirección que toma tu energía, al no contener nada de egoísmo, es
la correcta y te va a permitir un contacto con tu alma mucho más directo y en
menos tiempo.
Si
tienes presente que eres parte de ese gran todo que llamamos humanidad, puedes
introducir en tus actividades el sentido de que cada cosa que mejoras en ti,
mejora a la humanidad. Este pensamiento te ayuda a lograr la correcta intención
que es la energía dinámica que te impulsa a lograr la meta trazada.
Hay un
sabio tibetano que definió el pecado como pérdida de tiempo en el proceso de
evolución. Con la correcta intención ganamos tiempo...
Esta es
una clave muy importante, no la subestimes, aquí radica gran parte del éxito de
la meditación. Entonces, lo primero a tener en cuenta es la correcta intención.
Antes de empezar a meditar puedes decir la siguiente plegaria:
“Amado Padre Celestial, quiero servirte a través de mi meditación.
Que mis energías sirvan para aumentar la luz en el mundo.
Que mi amor vaya a aliviar los corazones necesitados.
Que todo lo que pueda lograr como fruto de esa meditación sea para tu
Gloria.”
Puedes
usar cualquier otra oración que contenga la idea del servicio. Hasta un
pensamiento bastará si se hace con profundo sentido. Existe un mantram que es
muy poderoso porque contiene una fuerte intención hacia lo divino y es
utilizado por los discípulos que sirven intensamente el Plan.
“En el Centro de la Voluntad de Dios permanecemos.
Nada ni nadie, ni siquiera nosotros mismos, podrá jamás apartar
nuestra voluntad de la suya.
Complementamos esa voluntad con el amor.
Nosotros, el triángulo divino, por amor a nuestros hermanos,
en el cuadrado servimos.”
El
triángulo representa al alma, tu parte divina y el cuadrado a tu personalidad.
Esta afirmación dice que te comprometes a trabajar como alma en el mundo de los
hombres. Es muy probable que no signifique mucho para ti en un principio pero,
a medida que avances en tu meditación, verás como asumirá un significado muy
grande y se convertirá en una corriente de energía que te conducirá al lugar
... donde la voluntad de Dios es conocida.
II -
MEDITA EN GRUPO
Esta es
otra de las grandes claves para la meditación. Fíjate lo que sucede. La
conciencia que tiene el alma es una conciencia grupal con capacidad de acceder
al todo del cual es parte, y la conciencia de la personalidad es una conciencia
individual, que no va más allá de la persona. Este es el motivo del porqué a
mucha gente se le hace tan difícil meditar. No quieren dejar de lado su
conciencia de individuo y con ella quieren hacer contacto con su alma que no
tiene ese tipo de conciencia. Es una contradicción. Es como querer nadar en
contra de la corriente. Uno se cansa mucho. Cuando meditas solamente pensando
en ti y en el beneficio que vas a obtener, estás tomando un camino muy largo y
con muchos ramales. En cualquiera de ellos te puedes perder. Puedes entrar al
mundo del astralismo, ese mundo emocional de espejismo y distorsión, en donde
están todas las imágenes creadas por la emoción humana, como las imágenes que
ves en el cine. El problema radica que en el cine tú sabes que lo que ves es
una mera proyección, una película, pero cuando estas imágenes aparecen en tu
mundo interno, producto del contacto con el plano astral o emocional, te
confundes y crees que son reales y son también, al igual que en el cine, meras
proyecciones. También te puedes perder en las mil y una veredas del plano
mental de la humanidad y sus elucubraciones, que te hacen creer dueño y señor
de la verdad. Si te introduces en esos caminos tortuosos no quiere decir que te
condenas, simplemente pierdes mucho tiempo, mientras tu alma espera por ti. La
meditación grupal es como una inmensa avenida de luz que te conduce
directamente al reino del alma, más allá de la emoción, más allá de la mente.
Es muy
importante que distingas la meditación grupal del hecho de juntarte con tus
amigos a meditar. En la meditación grupal comienzas a tomar conciencia de que
tus compañeros y tú son una misma cosa, son la Humanidad, y te fundes con
ellos, sin distancias ni diferencias. Meditación grupal es disolver las
fronteras de piel, de sentimiento y de pensamientos que nos separan de nuestros
compañeros para formar un organismo nuevo, producto de la unión de todos. Es
perder, por un momento, la conciencia de separación para disolvernos en la gran
fraternidad humana.
La
personalidad suele estar temerosa de la conciencia grupal porque cree que, en
ella, puede perderse. Había una vez una gotita de agua que se encontraba
temblorosa, frente al mar, porque tenía miedo de perderse en el gran océano y
sabía que si se quedaba fuera, el viento la iba a secar. Temerosa se lanzó y
cuál sería su sorpresa al comprobar que ella era el mar. Esto mismo le sucede
al individuo que teme perderse en la conciencia grupal; cuando por fin decide
lanzarse a esta gran aventura interna, se expande tanto, tanto y tanto, que se
da cuenta que en vez de perderse, lo que hace es crecer.
Cuando
medites en tu casa, en la soledad de tu lugar preferido, únete mentalmente a
tus compañeros de manera que le des a tu meditación la dimensión grupal que
tanto ayuda a acceder a la conciencia de tu alma. Puedes elegir a un amigo
especial, a todo un grupo, a todos los discípulos de los diferentes Maestros, a
toda la humanidad. Como prefieras.
III -
HAZ UN VACÍO
La forma
más efectiva de meditar y hacer contacto con el alma es haciendo un vacío.
Soltando, con cada exhalación, todo aquello que nos preocupa, que nos limita,
que nos aprisiona, que de alguna forma nos mantiene atados al diario vivir. Es
soltar todos los apegos, tanto los malos como los buenos. Es quedarnos
simplemente en contacto con la vida, sin pensamientos, emociones o acciones.
Un vacío
es un espacio neutro. En nuestra mente, el intervalo entre dos pensamientos es
la zona neutra que permite la entrada de ideas superiores que no están
condicionadas por el pensamiento de todos los días. Porque si estás repitiendo
pensamientos, los nuevos no caben, no llegan. Por lo tanto, sólo en los
espacios vacíos de la mente, en los intervalos, es que se produce lo que se
conoce por inspiración.
El
vacío, el espacio neutro, se produce en nuestra vida diaria cuando nos
mantenemos en el medio de dos polaridades sin tomar partido cuando, siendo
capaces de ver lo bueno y lo malo de ambas partes, nos situamos en el medio,
sin defensa ni ofensa, sin juicio de ningún tipo. Inmediatamente se produce una
energía que tiende a la armonía porque estás equilibrando los platillos de la
balanza. Y lo mágico es que surge el amor como algo natural, porque el amor es
la sustancia de los espacios neutros.
El punto
culminante en la meditación se produce cuando en ella alcanzamos el vacío.
Porque entramos en una zona neutra de la conciencia que nos permite el contacto
con nuestra dimensión divina. Es como unir el cielo y la tierra. Porque en las
profundidades de la materia, en sus espacios neutros, está la fuerza del
Espíritu. Cuando alcanzamos un estado de profundo vacío, hacemos contacto
directo con la divinidad desparramada por toda la creación y producimos
redención en nuestra materia y en todo lo que nos rodea. Te recuerdo que
redimir es imponer una vibración superior sobre otra inferior. De esta manera,
estamos cambiando la cualidad de la materia, la estamos sutilizando.
Si en tu
meditación, después de soltar tus apegos, expandirte y dejarte fluir
libremente, visualizas un vórtice de energía que gira vertiginosamente y te
metes en él y giras con él, puedes llegar al vacío más fácilmente. Acuérdate
que siempre hay una gran diferencia entre visualizar y encarnar. Para llegar al
vacío, tienes que convertirte en ese vórtice de energía, tienes que encarnarlo,
sentirlo, vivirlo. De todas maneras, el hecho de visualizarlo es un primer
paso, te ayuda a llegar al segundo paso, que es el verdadero.
IV -
INVOCA A LOS ÁNGELES
Los
ángeles son la sustancia misma de la energía. Ellos, en su infinito movimiento,
van substanciando los éteres, dándole forma al pensamiento de los hombres. Toda
creación requiere de la participación, tanto de los hombres como de los
ángeles. Podemos decir que son nuestra contraparte. Se dice que el hombre
piensa y el ángel construye. El ángel evoluciona amando para llegar a pensar.
El hombre evoluciona pensando para llegar a amar. El reino angélico, en relación
con el reino humano, es femenino, y el reino humano en relación con el reino
angélico es masculino.
Los
ángeles siempre están presentes en nuestra meditación, por eso es muy
importante que trabajes conscientemente con ellos. Los puedes invocar para que
te acompañen. Al ángel se le atrae con el amor y con la belleza. Unas flores
naturales, un aroma sutil, una música que eleve la vibración, son elementos que
permiten el acercamiento a los ángeles.
Es
importante que notes la diferencia entre los elementales y los ángeles. Los
elementales son los espíritus de la naturaleza, aquellas unidades de vida que
son la energía detrás de todas las formas físicas. Ellos son grandes servidores
de Dios; son la vida inteligente de la materia. Pero en la meditación, como lo
que queremos es unirnos al alma, no invocamos a los elementales, sino a los
ángeles que, habiendo salido de la etapa elemental, están en la línea evolutiva
igual que nosotros. Ellos se dirigen hacia la gran Unidad y no hacia el mundo
de la multiplicidad. Hay grandes ángeles, así como hay grandes hombres; hay
ángeles Maestros, así como hay grandes Maestros.
Cuando
el trabajo en la meditación se hace con la participación consciente de los
ángeles, los resultados son siempre muy superiores. Se nos ha dicho que la
nueva etapa humano-dévica (en Oriente a los ángeles se les llama Devas) difiere
de las anteriores en la unión libre y voluntaria de los ángeles y los hombres,
cuando ambos, con su aceptación mutua al trabajo, forman la ecuación perfecta.
De esta manera pueden unirse tan profundamente que en el vórtice de energía no
se puede distinguir donde empieza el ángel, dónde el hombre.
Los
ángeles se están acercando a la humanidad. Este acercamiento está siendo
presentido por todos. Vemos cómo hay un resurgir de la presencia angélica por
todas partes. Encontramos libros, música, estatuas, pinturas, todo tipo de
objetos inspirados en ellos. Si quieres en verdad profundizar sobre este tema,
te recomiendo el tratado más completo que se ha escrito sobre los ángeles. Su
autor es Vicente Beltram Anglada, quien escribió: Las Fuerzas Ocultas de la
Naturaleza, La Estructuración Dévica de las formas, Los Ángeles en la Vida
Social Humana.
APRENDE
A MEDITAR MEDITANDO
La mejor
forma de aprender a meditar es meditando. Por ello he querido simplemente
darte los pasos básicos para que tú mismo, a través de la experiencia, aprendas
la maravillosa ciencia de la meditación. Mucho más podría decirte pero
creo firmemente que la mejor forma de aprender algo es haciéndolo.
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