Una de las definiciones de Vida según la Real Academia, es: “Unión del Alma y del Cuerpo.” Y Creación, como ya sabemos, es: “La acción de producir Algo de la Nada”, por ende, se podría entender que “Creación de la Vida” fue un producto más de la inercia del Big Bang o de la decisión de Dios. En otras palabras, sería: “el producto de la unión del principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual del estado de actividad de los seres orgánicos, el Alma; con aquello que tiene extensión limitada y perceptible por los sentidos, el Cuerpo.”
Entendiendo bien este concepto, podremos darnos cuenta que todo aquello que tiene Vida, es parte del mismo Todo, de la misma entidad que nos creó, de la misma energía. Somos parte de Dios. Por lo mismo se dice que Dios está en todos y en cada uno de nosotros y en todas las cosas existentes, tanto lo conocido como lo por conocer, tanto lo inventado como lo por inventar, y tanto lo real como lo irreal. Energía original, transformada. Una parte del Todo, de Dios, hechos de Amor, de luz.
Somos parte de un Todo que organiza, distribuye, mueve y da vida al Universo. A un plan divino, sin principio, ni fin. A una mente infinita de Dios.
En el plano terrestre y basado en los estudios que hoy en día se poseen de acuerdo a experiencias y experimentos de grandes investigadores y pensadores a lo largo de la historia, se ha concluido que la vida se rige bajo una de las leyes de todos los tiempos, llamada LEY DEL PÉNDULO. Ésta consiste en que todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda y el ritmo es la compensación. Es decir, todo tiene su tiempo, su lado, su polaridad, su par de opuestos a lo largo de un ritmo, de un tempo. Si vemos esto a modo de ejemplo con la vida de un ser humano, nos daremos cuenta que los polos serían el nacer y el morir y su tempo o ritmo sería la vida que tiene ese ser, pero, dentro de ella, también tiene pequeños ritmos con sus respectivos polos, como una enfermedad, un proceso interno espiritual, un pensamiento, una rutina, etc. La vida, y no tan solo en la del ser humano, sino que en todo lo existente, tiene su ritmo. Es importante entender este concepto para comprender un poco más la creación en sí. Que como energía que somos parte de, fluimos, nacemos para morir y luego renacer, eternamente, en un constante movimiento, sin parar, de transformaciones eternas, rítmicas, de acuerdo a la necesidad del Todo y su mentalidad.
1.- El
Génesis
Del
griego Γένεσις,
"nacimiento, creación, origen", en Génesis 2:4, en hebreo תּוֹלֵדוֹת , "generación", que prefiere como
título בְּרֵאשִׁית , Bereshit, "en el
principio", siguiendo Génesis 1:1, es el primer libro de la Torá ("La
Ley" o Pentateuco) y también el primer libro del Tanaj, la biblia hebrea
(conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento).
Los
temas básicos de los que se ocupa este libro son tres: la Promesa, la Elección
y la Alianza. En esto no es original, ya
que los tres se repiten a lo largo de toda la Torá, pero cada uno de ellos es
dominante en distintas partes del Génesis.
En la
historia primitiva las intenciones de Yahweh (Dios) se ven obstaculizadas por
la infidelidad del Hombre. En la
historia de Abraham la fe es abandonada, puesta a prueba y resulta victoriosa
al final para ser restaurada completamente; quienes no la han perdido nunca se
ven recompensados. En tiempos de Jacob
se explica que la elección de Dios por el pueblo judío no persigue ningún fin
espurio, sino que es generosa y desinteresada.
Con José, por fin, la Providencia frustra los malos impulsos humanos.
Para
muchos, los once primeros capítulos del Génesis merecen ser considerados aparte
del resto, pues describen en una forma popular el origen y creación del mundo,
el hombre y la vida en general. La gran
mayoría de los cristianos consideran los primeros capítulos del Génesis como
escritos simbólicos, que no deben ser entendidos literalmente. Mientras que sólo unos pocos creen que sean
históricamente correctos.
Se han
intentado hacer innumerables lecturas de los capítulos del Génesis. Entre ellas está la Cábala hebrea, la
interpretación histórica, la alegórica, incluyendo una alegoría a la evolución
del Universo (teoría del Big Bang) y la teoría de Darwin (teoría de la
Evolución), interpretaciones sacerdotales y místicas, y así la lista se extiende
indefinidamente.
Muchos
gustan resaltar una aparente contradicción entre la historia de la creación del
mundo (primer capítulo del Génesis) y la historia de la creación del hombre en
el Huerto del Edén (segundo capítulo del Génesis), la cual dio origen a la
leyenda de Lilith. En el primer capítulo
Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su
imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos; pero en el segundo
capítulo, en la creación del Huerto del Edén, muchos ven que Yahweh Elohim crea
a Adán primero, luego a los animales y finalmente crea a Eva de una costilla de
Adán, o de su costado según la traducción.
“Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gn.1.27)
“Y de la costilla que Dios
tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Gn.2.22)
[La
Biblia, (Antigua Versión Reyna-Valera 1909)]
Para los
creacionistas, el capítulo uno del Génesis presenta la semana de la creación,
que culmina con la institución del día de reposo. Esa es la idea central de ese
capítulo. Mientras que la idea principal del capítulo segundo es la institución
del matrimonio, y se mencionan detalles concernientes a dicha institución. Todo el asunto de la aparente contradicción
estriba en que en la Antigua Reina Valera, en el verso 19 del capítulo 2, se
usa el pasado perfecto '"formó"' en vez del pasado pluscuamperfecto
'"había formado"', dando al pasaje un sentido ambiguo:
“Formó, pues, Dios de la
tierra, toda bestia del campo, y toda ave de los cielos y las trajo a Adán para
que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales
vivientes, ese es su nombre.” (Gn.2.19)
En
cuanto a la creación de Adán y Eva, el pasaje de Génesis 1: 27, no dice que
fueron creados simultáneamente, sino que fueron creados en el mismo día. Por lo cual los creacionistas sostienen que
el capítulo dos no contradice al primero, sino que sólo añade detalles no
mencionados en el capítulo uno. Como por
ejemplo; que antes de crear a la mujer, Dios trajo todas las criaturas ante
Adán para que les pusiera nombre. Todo
esto con un propósito mayor que la mera taxonomía de la fauna:
Según
esta interpretación, Dios creó una mujer y se la dio a Adán. Él quiso que el
hombre reconociera primero que algo le faltaba, y por eso le trajo todos los
animales:
“Y puso Adán nombre a toda
bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo: mas para Adam no se halló
ayuda idónea para él.” (Gn.2.20)
“Adán vio que había león y
leona, carnero y oveja. Pero para el varón ('ish') no había una varona o hembra
('ìsha').
Y Dios hizo caer sueño sobre Adán, y se quedó
dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; Y de
la costilla Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. Y dijo Adan: Esto es ahora hueso de mis
huesos, y carne de mi carne. Esta será
llamada Varona ('Isha'), porque del varón fue tomada.” (Gn.2.21-23)
Esta
aparente contradicción entre los capítulos uno y dos del Génesis han sido
excusados con la llamada hipótesis documentaria, la cual sostiene que ambos
capítulos del Génesis provienen de dos fuentes distintas. El capítulo 1 sería de origen sacerdotal,
mientras que el capítulo 2 sería de origen yavista ; y que ambos versiones
fueron unidos después y añadidas al Génesis.
Ambas tradiciones, la sacerdotal y la yavista, son posteriores a Moisés,
lo que pondría el producto final en una fecha muy posterior, en el llamado
Periodo intertestamentario.
Algunos
exégetas proponen que el primer capítulo del Génesis sea estudiado, desde el
punto de vista de la tradición sacerdotal, como un escrito surgido después de
la deportación a Babilonia, cuando el judaísmo se cimentaba más como una
religión que como una nación en particular, y cuyo propósito sería también
reforzar la idea del sábado como día sagrado de descanso, además por supuesto
de dejar claro que toda la creación, incluido el hombre, son obra de Elohim.
Por otra
parte, estos mismos investigadores proponen al segundo capítulo del Génesis
como un escrito mucho más antiguo, de la época de los reyes en Israel, el cual
vendría a ser un lamento en el que la situación sedentaria y civilizada
centrada en ciudades del reino conllevaba también injusticias, pobreza y
marginación, pues para ellos el relato del segundo capítulo del Génesis
parecería ensalzar los valores del nomadismo y de la cercanía con Yahweh
provenientes de la vida en el desierto.
Mientras
que para los creacionistas, tal contradicción no existe, debido a que en el
capítulo uno del libro se expone un resumen global de la creación; mientras que
en el segundo, se detalla el primero. A
su vez, en el primero se anuncia que Dios creó al hombre y a la mujer y en el
segundo se detalla cómo se realizó.
2.- La
Abiogénesis
Del
griego: ἀ-βίο-γένεσις [a-bio-genésis], “ἀ-/ἀν- «no» + βίος- «vida» + γένεσις- «origen/principio»”, «El origen de
la vida a partir de la no existencia de esta».
El
origen de la vida en la Tierra ha generado en las ciencias de la naturaleza un
campo de estudio especializado cuyo objetivo es dilucidar cómo y cuándo
surgió. La opinión más extendida en el
ámbito científico establece la teoría de que la vida comenzó su existencia a
partir de la materia inerte en algún momento del período comprendido entre
4.400 millones de años (cuando se dieron las condiciones para que el vapor de
agua pudiera condensarse por primera vez) y 2.700 millones de años atrás
(cuando aparecieron los primeros indicios de vida). Las ideas e hipótesis acerca de un posible
origen extraterrestre de la vida (panspermia), que habría sucedido durante los
últimos 13.700 millones de años de evolución del Universo tras el Big Bang,
también se discuten dentro de este cuerpo de conocimiento.
El
cuerpo de estudios sobre el origen de la vida forma un área limitada de
investigación, a pesar de su profundo impacto en la biología y la comprensión
humana del mundo natural. Con el
objetivo de reconstruir el evento se emplean diversos enfoques basados en
estudios tanto de campo como de laboratorio.
Por una parte el ensayo químico en el laboratorio o la observación de
procesos geoquímicos o astroquímicos que produzcan los constituyentes de la
vida en las condiciones en las que se piensa que pudieron suceder en su entorno
natural. En la tarea de determinar estas
condiciones se toman datos de la geología de la edad oscura de la tierra a
partir de análisis radiométricos de rocas antiguas, meteoritos, asteroides y
materiales considerados prístinos, así como la observación astronómica de
procesos de formación estelar. Por otra
parte, se intentan hallar las huellas presentes en los actuales seres vivos de
aquellos procesos mediante la genómica
comparativa y la búsqueda del genoma
mínimo. Y, por último, se trata
de verificar las huellas de la presencia de la vida en las rocas, como
microfósiles, desviaciones en la proporción de isótopos de origen biogénico y
el análisis de entornos, muchas veces extremófilos semejantes a los
paleoecosistemas iniciales.
Los
progresos en esta área son generalmente lentos y esporádicos, aunque aún atraen
la atención de muchos científicos dada la importancia de la cuestión que se
investiga. Existe una serie de
observaciones que intentan describir las condiciones fisicoquímicas en las
cuales pudo emerger la vida, pero todavía no se tiene un cuadro razonablemente
completo acerca de cómo pudo ser este origen.
Se han propuesto varias teorías, pasando desde Aristóteles a Pasteur,
Darwin, los científicos Oparín y Haldane y muchos, muchos más.
El
origen de las especies:
“El
origen de las especies” (título original en inglés: “On the Origin of Species”)
es un libro de Charles Darwin publicado el 24 de noviembre de 1859, considerado
uno de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de
la teoría de la biología evolutiva. El
título completo de la primera edición fue “On the Origin of Species by Means of
Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for
Life” (El origen de las especies por medio de la selección natural, o la
preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida). En su sexta edición de 1872, el título corto
fue modificado a “The Origin of Species” (El origen de las especies).
En esta
obra Charles Darwin (1809-1882) propuso el mecanismo de la selección natural
como explicación para el origen de las especies. Haciendo un paralelismo con la selección
artificial realizada por el ser humano en plantas o ganado. Darwin creó el concepto de selección natural,
en el cual la naturaleza selecciona a las poblaciones más aptas para la
supervivencia en determinado ambiente y descarta a las menos aptas.
3.- Mito
de la creación
Un mito
de la creación es una historia mitológico-religiosa o una explicación que
describe los comienzos de la humanidad, la Tierra, la vida, y el universo;
usualmente como un acto deliberado de creación realizado por una o más
deidades.
Numerosos
mitos de creación comparten, a grandes rasgos, varios temas similares. Motivos comunes comprenden el fraccionamiento
y diferenciación de las partes del mundo a partir de un caos primordial; la
separación de los dioses madre y padre; la elevación de la tierra de un océano
infinito y atemporal; o la creación a partir de la nada, etc.
Cada
país, cultura o religión, tiene algún mito de la creación, de los cuales se han
sustentado sociedades por mucho tiempo para explicarse su existencia y armar su
propia civilización en base de rituales, conceptos de bondad y maldad,
moralidades, etc., hasta derivar a lo que hoy conocemos como propio según nos
tocó nacer y vivir.
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NAMASTÉ