1)
Aquellos que se aferran a la teoría de que antes de que aparecieran las
primeras manifestaciones de una cultura en Egipto y Sumeria existió una
civilización mundial altamente desarrollada, han sido considerados cultistas,
sensacionalistas o, sencillamente, tontos.
Esta
reacción resulta comprensible cuando tomamos en cuenta que la existencia de una
civilización anterior al tercer milenio A.C. trastornaría las muy ordenadas
etapas de la historia, desde sus comienzos en Egipto y Mesopotamia, pasando por
Grecia y Roma, hasta culminar con nuestra "súper civilización".
Suelen hacerse agradecimientos a otras culturas prehistóricas (América, India,
Asia central) que no afectaron nuestra línea directa de civilización.
Muchos
se preguntan: si realmente existió hace centenares de miles de años, una súper civilización
similar a la nuestra, ¿por qué no hay pruebas de ello? En realidad, hay
innumerables pruebas en el mundo antiguo.
En todas
las antiguas culturas existen abundantes leyendas y documentos relacionados con
la existencia de una antigua gran civilización anterior al Diluvio. Y son
leyendas que fueron desarrolladas por pueblos que no tuvieron contacto entre
sí.
Los
griegos se referían a Atlántida y los mayas se referían a Atlan. El parecido en
ambos nombres es llamativo, sobre todo teniendo en cuenta que los griegos y
mayas no tuvieron contacto.
2) Las
expediciones arqueológicas realizadas en el Triángulo de las Bermudas han
encontrado una inmensa cantidad de ruinas sumergidas en el fondo del mar. Estas
ruinas presentan una complejidad arquitectónica asombrosa. Ruinas semejantes se
encontraron en los mares de las Islas Canarias. Ambas comprueban la existencia
de una civilización más avanzada que las conocidas.
Tal como
indicaba Platón, la Atlántida no sería un continente sino un conjunto de
grandes islas que se extendieron desde las Canarias hasta Centroamérica, lo
cual alcanza para explicar las semejanzas culturales en posteriores pueblos que
estuvieron incomunicados (sumerios y mayas, egipcios y aztecas).
3) Al
hacer referencia a la arquitectura y los conocimientos astronómicos de los
antiguos pueblos, resulta inexplicable que hayan podido crear semejantes obras
o alcanzar tanta sabiduría con tan pocos medios disponibles. Durante años, se
especuló con la posible colaboración de razas extraterrestres. Hoy en día, se
supone que estos pueblos (egipcios, sumerios, incas, aztecas, mayas) en
realidad recibieron la herencia y la sabiduría de una civilización anterior, ya
extinguida.
Muy poco
ha quedado de esa herencia: en el año 300 D.C., los cristianos se encargaron de
incendiar la Biblioteca de Alejandría (base de datos de la época), destruyendo
muchas pruebas e indicios atlantes. Asimismo, los conquistadores españoles se
encargaron de destruir los escritos y obras precolombinas por considerarlos
herejes. En ambos casos, tanto en Alejandría como en América, la herejía
consistía en dar prueba y documentación de una civilización que contradecía el
proceso histórico que había instalado el cristianismo.
4) El
Mapa de Piri Reis fue diseñado en la Edad Media en base a mapas originales que
lograron salvarse del incendio de Alejandría. Aquí pueden encontrarse amplios
territorios que aun no habían sido descubiertos ni explorados, como la
Antártida.
Los
rasgos salientes de estos mapas tan antiguos son sus exactas coordenas, su
conocimiento de la longitud (desarrollada en el mundo moderno a fines del siglo
XVIII).
5) Tanto
los egipcios como los pueblos precolombinos se encargaron de registrar la
existencia de la Atlántida en diversos grabados e ilustraciones donde hacen
alusión a objetos voladores, rayos eléctricos y otras proezas tecnológicas.
En las
obras de las antiguas culturas precolombinas se encontraron representaciones
pictóricas que han sido identificados con aviones o cohetes.
6)
Expediciones arqueológicas en Egipto han revelado algunos signos relativos a
los principios de vuelo de cuerpos más pesados que el aire, que se habrían
conocido en la antigüedad.
También
se hallaron, en Bagdad, un serie de objetos que tienen 2000 años de antigüedad.
Se trata de pilas secas desprovistas de electrodo, que posiblemente se había
evaporado. Cuando se les agregó un nuevo electrodo (sulfato de cobre) algunas
funcionaron perfectamente. Más tarde, se hallaron otras baterías que los museos
habían catalogado como "objetos de uso desconocido". Y se encontraron
ejemplares similares en Irak y otros rincones de Medio Oriente.
Se
trataría de un antiguo conocimiento de la electricidad, heredado de una cultura
anterior y luego olvidado, hasta ser redescubierto en el siglo XIX.
Este
descubrimiento es llamativo y ha dado pie a innumerables teorías sobre el uso
de la electricidad en el Antiguo Egipto, sobre todo teniendo en cuenta que en
la antigua Roma usaban lámparas de aceite y antorchas, y aun hoy pueden verse
las trazas de humo en los techos de las construcciones romanas. En cambio, los
techos de las construcciones del antiguo Egipto no presentan trazas de humo...
porque los antiguos egipcios habían heredado fuentes eléctricas de los
atlantes, pero no supieron cómo mantenerlas ni expandirlas.
En la
muralla del Templo de Hato, hay una representación semejante a bombillas
electricas, dotas de cables que están únicos a un interruptor o generador.
Todavía se siguen encontrando pruebas del conocimiento de la electricidad en
Egipto y Medio Oriente hace miles de años.
Hay
quienes van aún más lejos y argumentan que los atlantes habían logrado diseñar
aviones y submarinos. Prueba de ello son los textos hindúes que hacen
referencia a las "vimanas", unos dispositivos aéreos muy bien
detallados, con indicaciones de propulsión y aterrizaje.
Muchos
arqueólogos siguen sorprendiéndose ante el hallazgo de cadáveres con cientos de
miles de años de antigüedad que presentan aberturas que debieron haber sido
causadas por proyectiles.
7) En
los documentos de razas muy antiguas se encuentran datos astronómicos de gran
corrección. Por ejemplo, el conocimiento de las dos lunas de Marte y su
distancia desde el planeta, los siete satélites de Saturno, las cuatro lunas de
Júpiter y las fases de Venus. Incluso se había descubierto la constelación de
Escorpión, la cual sólo puede observarse con un poderoso telescopio (los
babilonios la llamaban Escorpión y, del otro lado del océano, los mayas también
la llamaban Escorpión). A propósito, los mayas calcularon el año solar con la
cifra más aproximada que pueda hallarse en cualquier calendario, incluso el
nuestro.
8) La
más desusada de todas las indicaciones de una ciencia avanzada en la antigüedad
se halla en la Gran Pirámide de Egipto. Durante miles de años, se creyó que era
una tumba, pero la traducción conservada por los coptos (una minoría que
descendía de los antiguos egipcios) indicaba que la Pirámide se trataba de una
recopilación de conocimientos de Surid, un rey "anterior al diluvio",
y que en el futuro todo sería descifrado.
El fin
de esta gran civilización se produjo cuando... descubrieron la energía atómica.
El mal uso de esta energía (registrada detalladamente en muchos textos
antiguos) derivó en la destrucción de la civilización, con el consecuente
hundimiento de las islas. Esta ha sido una de las explicaciones atribuidas a
los misterios electromagnéticos del Triángulo de las Bermudas.
Hay
muchos documentos antiguos que retratan, detalladamente, las explosiones
atómicas y sus secuelas. Los científicos y arqueólogos se asombran al releer el
Antiguo Testamento, más precisamente la destrucción de Sodoma y Gomorra, que
contiene muchos datos de lo que hoy conocemos como energía nuclear.
Del
mismo modo, los antiguos textos de la India hacen alusión a dos ciudades que
fueron destruidas por un estallido cuyas características se asemejan a la
energía nuclear. Durante siglos, se creyó que se trataba de una leyenda, pero
existieron expediciones arqueológicas que hallaron ciudades con una antigüedad
de miles de años que presentaban signos de radioactividad, así como cadáveres
carbonizados altamente radioactivos.
9) En
resumen, no somos los únicos. No somos los primeros.
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