En su sentido más general un cosmos es un sistema ordenado o armonioso. Se origina del término
griego "κόσμος", que significa orden u ornamentos y es la antítesis del caos. Hoy la palabra se suele utilizar como
sinónimo de universo (considerando el orden que éste posee).
El estudio del cosmos (desde cualquier punto de vista)
se llama cosmología. Cuando esta palabra
se usa como término absoluto, significa todo lo que existe, incluyendo lo que
se ha descubierto y lo que no. Todas las
cosmologías tienen en común un intento de entender el orden implícito en el
conjunto del ser. De esta manera, la
mayor parte de las religiones y sistemas filosóficos tienen una cosmología.
En
teología, el término cosmos puede
usarse para denotar la creación del universo, sin incluir ningún dios o
creador. Para el cristianismo, la
palabra también se utiliza como sinónimo de aión para referirse a la "vida mundana" o "este mundo",
contrario al más allá. Fue en la antigua
Grecia, en el siglo VI a. C., que hubo una serie de pensadores originales (como
Thales, Jenófanes, Pitágoras, Heráclito y Protágoras) que se comprometieron a
responder racionalmente a las preguntas acerca de la realidad última de las
cosas; los orígenes y características del verdadero conocimiento; la
objetividad de los valores morales; la existencia y naturaleza de Dios (o
dioses). Muchas de estas cuestiones
planteadas por dichos pensadores siguen
siendo cuestiones importantes de la filosofía de hoy en día.
El universo es la totalidad del espacio y
del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía y el impulso, las
leyes y constantes físicas que las gobiernan.
Sin embargo, el término universo
puede ser utilizado en sentidos contextuales ligeramente diferentes,
para referirse a conceptos como el cosmos, el mundo o la naturaleza. Muy poco se conoce con certeza sobre el
tamaño del universo. Puede tener una longitud de billones de años luz o incluso
tener un tamaño infinito. En el
Universo las distancias que separan los astros son tan grandes que, si las
quisiéramos expresar en metros, tendríamos que utilizar cifras muy grandes.
Debido a ello, se utiliza como unidad de longitud el año luz, que corresponde a
la distancia que recorre la luz en un año.
A
gran escala, el universo está formado por galaxias y agrupaciones de galaxias.
Las galaxias son agrupaciones masivas de estrellas, y son las estructuras más
grandes en las que se organiza la materia en el universo. A través del telescopio se manifiestan como
manchas luminosas de diferentes formas.
A la hora de clasificarlas, los científicos distinguen entre las
galaxias del Grupo Local, compuesto por las treinta galaxias más cercanas y a
las que está unida gravitacionalmente nuestra galaxia (la Vía Láctea), y todas
las demás galaxias, a las que llaman "galaxias exteriores".
Las galaxias están distribuidas por todo el universo y
presentan características muy diversas, tanto en lo que respecta a su
configuración como a su antigüedad. Las
más pequeñas abarcan alrededor de 3.000 millones de estrellas, y las galaxias
de mayor tamaño pueden llegar a abarcar más de un billón de astros. Estas últimas pueden tener un diámetro de
170.000 años luz, mientras que las primeras no suelen exceder de los 6.000 años
luz.
Además de estrellas y sus astros asociados (planetas,
asteroides, etc...), las galaxias contienen también materia interestelar,
constituida por polvo y gas en una proporción que varía entre el 1 y el 10% de
su masa. Se estima que el universo puede
estar constituido por unos 100.000 millones de galaxias, aunque estas cifras
varían en función de los diferentes estudios.
La teoría general de la relatividad, que publicó
Albert Einstein en 1916, implicaba que el cosmos se hallaba en expansión o en
contracción. Pero este concepto era
totalmente opuesto a la noción de un universo estático, aceptada entonces hasta
por el propio Einstein. De ahí que éste
incluyera en sus cálculos lo que denominó “constante cosmológica”, ajuste mediante el cual intentaba conciliar su
teoría con la idea aceptada de un universo estático e inmutable. Sin embargo, ciertos descubrimientos que se
sucedieron en los años veinte llevaron a Einstein a decir que el ajuste que
había efectuado a su teoría de la relatividad era el mayor error de su
vida. Dichos descubrimientos se
realizaron gracias a la instalación de un enorme telescopio de 254 centímetros
en el monte Wilson (California). Las
observaciones formuladas en los años veinte con la ayuda de este instrumento
demostraron que el universo se halla en expansión.
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